La ermita de San Cayetano abrió ayer sus puertas para las visitas turísticas dentro del Programa de la Fundación Siglo de Castilla y León y el Obispado de Astorga, con la colaboración del Ayuntamiento de Puebla. La apertura se ha autorizado durante cuatro horas de martes a domingo, de 12 a 2 y de 6 a 8, coincidiendo con la conmemoración del Año Santo Jacobeo. El templo del siglo XVII en contadas ocasiones ha podido ser visitado tanto por los turistas como por los sanabreses.

La directora de la Oficina de Turismo, Teresa del Estal, señaló el interés por conocer esta “pequeña joya” que alberga el museo de Semana Santa, ya que en ella están depositadas las tallas que procesionan en la Semana de Pasión. La acogida ha sido excelente, incluso antes de su apertura “cuando estábamos preparándola” porque muchos visitantes tenían interés en verla por dentro y “el comentario general es que siempre estaba cerrada”.

“Abrimos el templo para darle vida y que se conozca”. Elementos como la cúpula de piedra realzada por la iluminación, la bóveda perfecta de medio cañón y los casetones “esta combinación es más atípica”. El retablo mayor que representa El Calvario está repleto de iconografía con una representación, poco usual, del pelícano símbolo del sacrificio de Cristo.

El propio templo ofrece toda la información esencial, el fundador, la familia fundadora y la fecha, Lucas García Ossorio, su primer patrón entre 1687 y 1691; su última patrona, María Invención de la Cruz Ossorio y Castañón de Reyna, en 1886. A partir de esa fecha, el templo pasa a la familia Escudero que en 1999 hace la cesión al Obispado. El último enterramiento en su interior data de 1959.

Natalia Fernández Vidal se encarga del control de acceso al templo y en los primeros momentos de apertura del templo hubo una significativa afluencia. El comentario para muchos de los visitantes es que “siempre estaba cerrada” y no la conocían. Fernández reconocía la importancia de “valorar y dar a conocer el patrimonio, incluso entre los propios sanabreses que no han tenido la oportunidad de verla”. Una de las visitantes que ayer se acercó hasta el templo le indicó que hacía muchos años que no entraba y “solía venir de niña”.