Tras la reunión de la tarde de ayer con la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, UPA, Asaja y COAG han reiterado su rechazo a dejar de controlar el lobo y mantienen el proceso de movilizaciones ante la negativa de Teresa Ribera a dar marcha atrás a esta decisión.
Ya son once las Comunidades Autónomas que se han mostrado también contrarias a la decisión de la ministra para incluir al lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre).
No obstante, UPA valora la apertura de un nuevo marco de diálogo del Miteco con el sector agrario, pero advierten que debería servir para negociar desde cero, con todos los actores implicados, un plan global de gestión y control del lobo que garantice la coexistencia con la ganadería extensiva.
En opinión de UPA, este proceso debería recoger un análisis actualizado del número real de manadas y ejemplares que existen en Castilla y León y resto de España y las posibles medidas para facilitar la coexistencia con la ganadería, el control poblacional y las compensaciones frente a los daños.
Actualmente, el lobo ibérico es una especie en expansión en Castilla y León y resto de España. Su número no ha dejado de crecer en las últimas cuatro décadas y sus poblaciones en el noroeste peninsular son las de mayor densidad de toda Europa occidental. "Esta abundancia, unido a la presencia de explotaciones de ganado extensivo en las zonas rurales, está generando un conflicto, que se ve agravado con medidas como las que pretende adoptar el Ministerio", valoran desde la organización agraria.
Por tanto, los ganaderos de UPA no entienden que el Canis lupus precise una protección especial, como no lo hace en los países de nuestro entorno donde las medidas de control son más rigurosas.
La ganadería extensiva de Castilla y León ha constituido tradicionalmente una actividad esencial para el mantenimiento del medio ambiente y de forma especial en las áreas de montaña. Generadora de empleos y economía, la ganadería extensiva y el mantenimiento de razas autóctonas ha resultado fundamental en la gestión de los recursos y la ordenación del territorio, habiendo contribuido de forma determinante a la conformación del legado natural y la biodiversidad.
