La Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León comenzará esta primavera la guerra contra la avispilla del castaño con la suelta de 250.000 ejemplares del parasitoide “Torymus sinensis”, repartidos en más de 1.300 dosis que se distribuirán por las zonas de castañares en las provincias de León, Zamora, Salamanca, Ávila y Burgos. Del cuarto de millón de insectos que se soltarán por la comunidad para luchar contra la avispilla, el 37% son machos y el 63% son hembras.

La suelta del parasitoide en 2021 se extenderá no solo a aquellos castañares donde se ha ido extendiendo la plaga de la avispilla, sino también a varios puntos en los que ya se empleó el “Torymus sinensis” en años anteriores, con el fin de potenciar la instalación de este insecto, según ha explicado la consejería en un comunicado.

La plaga de la avispilla del castaño es originaria de China, desde donde se ha ido extendiendo a Europa, asentándose primero en Galicia y en el País Vasco, desde donde penetró al territorio de Castilla y León en 2015, concretamente al norte de la provincia de Burgos. En Zamora los primeros casos de detectaron en 2018, primero entró por la Alta Sanabria y, más tarde, a los castañares alistanos donde ya está bastante extendido también.

Castilla y León apostó desde 2018 por el control biológico de la plaga con el uso de este parasitoide, primero de forma experimental y un año después comenzó a extender su uso después de que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación aprobara en 2019 el uso del “Torymus sinensis” como agente biológico de control.

En la adquisición de las dosis del parasitoide, cuyo coste asciende a 275.000 euros, han participado de forma conjunta la Consejería de Fomento y Medio Ambiente y la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, en colaboración con los ayuntamientos y juntas vecinales de los municipios afectados, la Mesa del Castaño de la Diputación de Zamora, cooperativas y castañicultores particulares.

Medio Ambiente redoblará este mes la guerra biológica a la avispilla del castaño

El Servicio Territorial de Medio Ambiente de cada provincia será el que dirija las sueltas del parasitoide. Los agentes medioambientales serán los encargados de coordinar y ejecutar las sueltas de los insectos, pues su conocimiento de los sotos y la colaboración de los castañicultores permitirá culminar la suelta en 4 semanas, según la Consejería.

Previamente, los agentes han llevado a cabo un seguimiento de los castaños para determinar el momento oportuno para comenzar la suelta en cada zona, algo que varía en función del clima. Por ejemplo, la próxima semana comenzarán los trabajos en Ávila, León y Salamanca, pero en la provincia de Zamora, al igual que en Burgos, se esperará unos días más.

En los castañares donde se suelte el “Torymus sinensis” los cultivadores no deberán emplear fitosanitarios, podar antes del mes de noviembre o quemar restos de poda o limpieza, incluidos hojas, hasta tener asegurada la instalación del nuevo insecto en las fincas.

A estas recomendaciones se añade la conveniencia de que los puntos de suelta del parasitoide sean áreas con arbustos para que los Torymus puedan alimentarse de sus flores antes de realizar la puesta, que será la que parasite a la larva de la avispilla del castaño.

El estudio de la implantación del parasitoide que se realiza desde el año pasado ha verificado que en todos los puntos en los que se llevaron a cabo sueltas han emergido ejemplares al siguiente año, lo que confirma que el Torymus se está implantando convenientemente en las zonas donde interesa.

Los datos provisionales del estudio de 2021 indican que el nivel de parasitismo ha aumentado muy considerablemente respecto al registrado el año anterior, lo que permite a la Junta de Castilla y León ser “muy optimista” respecto a la evolución de la población del insecto que controlará a la avispilla del castaño.