Villanueva de Valrojo ha revivido su ancestral y emblemático carnaval de forma simbólica y cumpliendo las restricciones que impone la pandemia. El ruido de los cencerros de los Carnavales se dejó sentir, un sábado más de Antruejo, en Villanueva de Valrojo aunque de una forma totalmente diferente, sin espectadores y con las calles añorando a sus visitantes de otro año. A eta cita no han faltado los villardungos residentes en otros puntos de Zamora, además de la capital, que sí pueden desplazarse por el interior de la provincia.

A lo largo de la mañana los primeros que se han animado a salir han sido las hermanas María y Lucía Campo Mozo, además de Samuel Mozo y Laura Vega Santiago. Con tres cintos y 16 cencerros en cada uno de ellos hicieron unas carreras por los alrededores de la iglesia. La cencerrada alegraba las calles.

Cumplir el distanciamiento social y la convivencia reducida a los grupos familiares ha llevado a los contados participantes a trasladar la costumbre de vestirse en el pajar comunitario a salir vestido de casa, o hacer el cambio rápido de “epi” de carnaval en el interior del coche. Aquí se aprende a correr el carnaval “desde que aprendes a andar ¡O antes, sin saber andar!” explica una de las participantes.

Las restricciones por la emergencia sanitaria han obligado a suspender las fiestas que tradicionalmente organizan la Asociación cultural “Los Antruejos” que ha editado un cartel testimonial del 2021 pero sin actividades.