La “Raya” y el Arciprestazgo de Aliste y Alba vivirán este año la festividad más extraña y atípica de Todos los Santos a causa de la crisis sanitaria del coronavirus.

Los párrocos del arciprestazgo de Aliste y Alba han acordado la suspensión de la oración comunitaria en los cementerios, el domingo 1 de noviembre, para evitar aglomeraciones y posibles contagios. Desde la reagrupación de las antiguas vicarías de Aliste y Alba en un único arciprestazgo éste agrupa a de 84 parroquias con 9.743 habitantes y solo ocho sacerdotes en activo. El día de los Santos, por tradición, una vez celebrada la misa, los feligreses se dirigían en un peculiar “cortejo fúnebre” o procesión hasta el camposanto todos juntos mientras las campanas tocan a muerto. Lo que pretenden los sacerdotes es que cada feligrés vaya a hacer esa oración a distinta hora del día y así evitar las aglomeraciones.

El cementerio de Nuez preparado para Los Santos Ch. S.

En una zona donde la mayor parte de la población es a día de hoy de la tercera edad, –hay pueblos donde más de 90% de los residentes son personas mayores con más de 80 y 90 años (y por consiguiente de alto riesgo)–, autoridades y vecinos han considerado que lo mejor es prevenir y suprimir la mayoría de los actos religiosos.

Se trata de unas de las fechas en que más emigrantes regresan para recordar a sus familiares fallecidos. Este año la llegada de quienes viven fuera se verá muy reducida teniendo en cuenta que la mayor parte de los alistanos y alistanas que viven fuera, residen, estudian o trabajan en las comunidades de Madrid y País Vasco confinadas como Castilla y León.

Aunque muchos alistanos y alistanas no podrán acudir a los cementerios personalmente, las flores si podrán llegar a los nichos, tumbas y panteones gracias a la iniciativa del alistano Fernando Turiel Gallego, de Alcañices, que llevará los ramos a aquellos lugares donde se les ha pedido.

La conmemoración de los “fieles difuntos”, con mucho arraigo en Aliste, coincide tradicionalmente con el 2 de noviembre. Dado que este año la mayor parte de los pueblos no podrán contar con los oficios religiosos, los fieles que así lo deseen podrán seguir en el teléfono, ordenador o televisión, la misa que el arcipreste Fernando Lorenzo oficiará desde la Virgen de la Salud. Será retransmitid a las 12.30 horas del lunes, a través de Facebook por las Unidades de Acción Pastoral de Alcañices, Nuez, Valer, Sarracín.

Lápidas del cementerio de Nuez Ch. S.

En la parroquia de la Virgen de la Asunción de Nuez la festividad de los Santos tendrá este año un carácter especial pues gracias a la labor de varios feligreses e iniciativa de Benita Fernández y de Felipa, se está recuperando el antiguo camposanto ubicado junto a la iglesia. En un primer lugar se desbrozó el terreno para librarlo de la hierba y posteriormente se han ido poco a poco sin prisas pero sin pausa, descubriendo algunas de las antiguas lápidas ya tapadas bajo la tierra. Aún quedan muchas por descubrir y en unas semanas todo el trabajo estará finalizado.

El nuevo camposanto del paraje de “Las Mayadinas” comenzó a prestar servicio allá por 1956 con lo cual el antiguo que se esta recuperando fue cerrado hacia 1955 hace ya unos 65 años.

NUEZ ADECENTA EL CAMPOSANTO CERRADO EN 1955 PARA VENERAR A LOS DIFUNTOS

La intervención en el camposanto de Nuez de Aliste consiste en mejorar el cerramiento, se recuperará y pintará la puerta de entrada y se habilitaran jardines laterales. Se llevaba muchos años sin poder acceder a él y, ahora que ya se puede entrar y se van viendo más lápidas, ya hay personas que incluso han acudido a llevar flores a su familiares.

Mientras en los pueblos de las riberas del Aliste y Frío las lápidas de las sepulturas estaban elaboradas con grandes losas (refaldos) de pizarra, en el caso de Nuez predomina el granito, un material abundante y de calidad en el cercano “Monte Pedroso” hacia la Raya de Quintanilha. En ellas un cantero más experto o la propia familia donde no lo había gravaba a mano el nombre y apellidos del fenecido.

Destaca una lápida que, según el alistano Sergio Rodríguez López-Ros (alcañizano y Académico Correspondiente por Zamora de la Real Academia de la Historia) pertenece a un párroco: “Lo de la parte de arriba es un bonete y lo de abajo es una estola. Desde tiempo inmemorial se enterró a las familias en el subsuelo de las iglesias; solo las personalidades se enterraban en túmulos sobre tierra. Los eclesiásticos se enterraban con la cabeza hacia el altar y los fieles con los pies. En Aliste hasta tiempos recientes las familias se sentaban siempre en los mismos bancos atribuyéndolo a la tradición, en realidad era porque se situaban en el lugar donde reposaban sus familiares. La saturación empezó a cambiar en el siglo XVIII, en parte por el agotamiento del espacio y por higiene Carlos III dispuso en 1787 la creación de anexos a las iglesias como en Nuez o cercanos a ellas como el de Alcañices”.

Según Sergio Rodríguez las disposiciones sobre derecho funerario y sanidad mortuoria cambiaron en el siglo XIX cuando las Reales Órdenes de 1876, 1882, 1886, 1888 y 1889 obligaron a crear cementerios municipales y situarlos fuera del núcleo urbano. Fruto de ello fue la inauguración, por ejemplo, del de Alcañices en 1903.

“Pese a todo la costumbre en las lápidas fue siempre la misma: cruces latinas por encima de las griegas y celtas y sepulturas por concesión determinada de tiempo en la que la familia hacia constar la condición de eclesiástico, de militar o de noble. Desde un punto de vista creyente o no creyente visitar los cementerios y tenerlos al día adecentados es, entre otras, una forma de honrar la memoria de los que han permitido que estemos en este mundo”.