“No es que queramos lavarnos las manos, es que las cosas sin gente solo son cosas”. El mensaje del cartel de la “No feria” de Moralina de Sayago, que este año hubiera cumplido su flamante XX aniversario en un 2020, describe un año raro sin fecha y sin hora en la tradicional Feria de Artesanía y Productos de la Tierra de Moralina que un día como ayer hubiera inundado de puestos y vida las calles del pueblo.

Pero el COVID 19 ha eliminado del mapa fiestas, ferias, toros, conciertos, mercados… Las pueblos de Zamora hoy vivirían su día más grande con las calles, plazas y casas repletas. Decenas de pueblos que deberían haber celebrado sus fiestas patronales se limitaron a una misa y, en el peor de los casos ni eso. La fiesta se quedó de puertas para adentro.

Y Moralina de Sayago es un ejemplo de la rareza de este año de pandemia que para los vecinos debería ser “redondo”. 2020, XX aniversario de la Feria de Artesanía. “Al final solo es redondo porque el bicho lo es” reflexiona el lingüista Julio Borrego, uno de los impulsores de la feria y dinamizador cultural en los veranos de Moralina.

No solo los vecinos, también los artesanos echan de menos su presencia hoy en el pueblo con los productos trabajados a lo largo del año. No ha podido ser. “Sentimos una especie de vacío extraño” se sincera una de las participantes en la feria a través de los mensajes transmitidos.

Pero había que comer el chorizo de la matanza y a falta de feria un “vía crucis” festivo permitió la noche del viernes reunir a los vecinos, con sus mascarillas y la distancia de seguridad, en el único acto que se han permitido este verano. Catorce estaciones para recorrer Moralina y evocar su historia y tradiciones con la jaculatoria a cargo del profesor Julio Borrego Nieto, un catedrático español de la Universidad de Salamanca y académico correspondiente de la Real Academia Española. “San Roque bendito líbranos del bichito. San Roque inmortal líbranos del bozal” era el “rezo” repetitivo en cada estación, con paradas en el museo etnográfico, la Cruz de piedra, la alquitara, el depósito del agua o las escuelas nuevas.