"Tenía muchas ganas de conocerla. En cuanto me enteré que la iban a abrir tenía intención de venir. Es una maravilla". Horacio Navas, miembro del Centro de Estudios Ledo del Pozo de Benavente, se expresaba así tras entrar en la iglesia parroquial de Santo Tomás de Otero de Sanabria, y ser de los contados visitantes acogidos por el templo desde su apertura a las visitas, desde este viernes.

Junto a este investigador del centro benaventano, participó de la visita Renato Mortolini, ciudadano de Roma, con criterio para juzgar si es acertado o no el apelativo de la "Capilla Sixtina rural" para este edificio declarado Patrimonio Artístico Cultural. Para él es una iglesia "pícola" e interesante por su decoración. Horacio Navas repara en la simbología tanto de las pinturas de motivos vegetales, como en la representación de las ciudades de la Biblia, como Jerusalén, y la proliferación de simbología de la Virgen de la Asunción.

Una persona, en este caso vecina de Vime, recibe al contado público que en solo dos días han podido visitar uno de los templos más singulares, tras el acuerdo entre Obispado y Diputación provincial para mantener abierto el edificio de miércoles a domingo en estas fechas de afluencia turística.

El templo parroquial es un románico tardío, con ampliaciones y reformas arquitectónicas posteriores del XVII y XVIII, y es de los edificios más destacados de la arquitectura religiosa sanabresa por su atípica cúpula. Y no solo por su arquitectura sino por la colección de pinturas que adornan el artesonado del templo y su combinación de estilos. Es un pequeño museo de arquitectura, escultura y pintura.

El equipo de restauradores "Da Vinci Restauro" recuperó entre octubre de 2018 y septiembre de 2019 cuatro de los siete cuadros-relieve que se conservan en el templo. Las obras restauradas están dedicadas a las vírgenes y mártires santa Cecilia, santa Águeda, santa Catalina y santa Bárbara, de finales del XVII y principios del XVIII. Además de esta intervención en el taller se recuperaron "in situ" otros tres relieves "La Crucifixión" y "El Descendimiento" y "La Ascensión" que se pueden admirar en el templo en su lugar original.

Cientos o tal vez algún millar de sanabreses visitaron por primera vez este templo en el año 2014, cuando se cerró el santuario de Nuestra Señora de los Remedios por las obras en la cubierta del templo. La imagen de la patrona fue trasladada temporalmente a la iglesia parroquial, donde en el mes de agosto se celebró la fiesta del verano en honor a la patrona, cuya onomástica se conmemora el primer domingo de octubre. Dada la relevancia del santuario mariano, la iglesia parroquial pasa desapercibida porque la misa diaria se oficia en Los Remedios.