Cualquier año a estas alturas del mes de junio en todos los pueblos de Zamora con piscinas municipales ultiman la apertura de las instalaciones, y los más adelantados habrían abierto este fin de semana del 13 y 14 de junio.

Sin embargo, el hecho de permanecer aún en estado de alarma, la incertidumbre ante las medidas de seguridad que se deberán respetar en espacios públicos a partir de la "nueva normalidad" y, sobre todo, el miedo a un posible rebrote del COVID-19 están retrasando la temporada de baño del 2020 en toda la provincia.

La principal precaución que deben de tomar los responsables de las piscinas públicas se centra en la limitación del aforo para evitar aglomeraciones. Por ese motivo, algunos pueblos del alfoz zamorano que normalmente recibían con gusto a bañistas procedentes de la capital se plantean adoptar medidas para dar preferencia a los usuarios del propio municipio. Uno de los municipios que adoptará este tipo de medidas es el de Coreses, cuya piscina está a escasos 8 kilómetros de barrios zamoranos como Vistalegre o Villagodio. Los empadronados en el municipio tendrán preferencia para reservar sus abonos, desde hoy hasta el 23 de junio, y a partir del día 24 podrán hacerlo otras personas que tengan alguna vinculación en el pueblo, como poseer una vivienda o tener familia allí.

En otros lugares la medida de precaución es no abrir la piscina este verano y pensar directamente en el 2021. Es el caso de San Vitero, en Aliste Lo mismo ha decidido el Ayuntamiento de Rabanales que, sin embargo, sí pretende abrir el bar de la piscina y pide un alquiler de 500 euros por el periodo del 1 de julio al 13 de septiembre.

Por su parte, el Ayuntamiento de Alcañices sí ha licitado la gestión de la piscina municipal, aunque no tienen asegurado que algún emprendedor se interese por el contrato. En años normales muchos municipios de esta comarca tienen problemas para encontrar alguien que se haga cargo de las piscinas, por eso en este caso el municipio sufragará algunos gastos como el contrato del socorrista o la limpieza del vaso.

Sin embargo, son muchos los ayuntamientos en todas las zonas de la provincia que trabajan estos días para adaptar los recintos de las piscinas a las normas de la "nueva normalidad". Entre las precauciones que incluye el protocolo difundido desde el Ministerio de Sanidad está el mantener abiertas las ventanas y puertas de los vestuarios para garantizar la circulación del aire -el riesgo de contagio es mayor en espacios cerrados y no ventilados-, la desinfección del mobiliario con solución desinfectante, precintar toboganes y zonas de juego, la desinfección del calzado al entrar y también la obligatoriedad de que los usuarios no utilicen calzado de calle dentro del recinto -como siempre- y, principalmente, limitar el aforo a la mitad al aire libre y a un tercio en espacios cubiertos.

En algunos municipios se dibujarán pequeñas "parcelas" donde colocar cada toalla con la garantía de tener una separación de dos metros respecto al usuario más cercano, como es el caso de Manganeses de la Lampreana, que pretende abrir el recinto el 1 de julio.

Villalpando también trabaja en la preparación de las instalaciones de cara al verano, y lo mismo sucede en Roales del pan, donde incluso se está ampliando la cubierta de la terraza del bar de la piscina.