El último ataque de lobos, la noche del uno de mayo en el término municipal de Asturianos, se saldó con dos terneros muertos en una explotación ubicada en el monte de Entrepeñas. El ataque de lobo se registró en el interior de un cercado de malla de alambre de la explotación Ovelar. Las hembras pudieron salirse del vallado pero las crías de escasos días de vida, no pudieron acompañar a sus madres en la huida. El informe de daños de la Guardería Medioambiental verifica que la causa de la muerte de las dos crías es por el ataque de lobos. La ganadería que se encontraba en el interior de la cerca estaba, además, custodiada por mastines.

Estas dos bajas se suman a otras cinco registradas el pasado año, también por lobo, entre terneros y potros, unas pérdidas que todavía no han sido abonadas por la Junta de Castilla y León a los afectados, como explicaba Pedro Ovelar. A estas pérdidas hay que añadir los animales recién nacidos que perecen por otros depredadores de los que no se encuentra rastro alguno y que no se pueden justificar.

En la inspección de la Guardería en este último ataque, se le ofreció la posibilidad de solicitar mastines que proporciona la Junta para reducir ataques. Ovelar no ocultó su malestar porque precisamente se está denunciando a la explotación por temas de perros sueltos en las proximidades del ganado.

El servicio jurídico de la explotación ha presentado un recurso por la sanción de 100 euros interpuesta por tener 12 perros molestando a la caza, de acuerdo al artículo 76 de la Ley de Caza. La denuncia del Seprona se produce entre el 25 de diciembre de 2019 y el 15 de enero de este año.

Los perros, que aparecen en las fotografías incluidas en el expediente sancionador, no son propiedad de la explotación -como figura en el recurso presentado- y tampoco consta que se procediera a identificar a los animales por el chip. En ese caso la custodia y el control de los perros corresponde a los cazadores, si es que estaban en un lance de caza, ante la reiteración de que los animales denunciados no son perros del ganado. En la denuncia se recoge que no se observan personas cerca de los canes.

Otra de las medidas de protección empleadas es la colocación de pastores eléctricos que también han sido objeto de denuncia entre otros ganaderos de la zona de Carballeda.