La comarca natural de Aliste, Tábara y Alba, con 31 municipios y 102 pueblos vive "unos momentos muy críticos y de malestar general a causa del incumplimiento habitual y a diario de algunos grupos de vecinos del confinamiento domiciliario" estipulado por el estado de alarma, lo cual está causando una honda preocupació entre las personas de la tercera edad y enfermas más vulnerables a la pandemia del coronavirus.

Abuelos y abuelas fundamentan su temor a que se produzca "un contagio masivo" por la insolidaridad de unos pocos y la falta de acción por parte de las autoridades.

La situación está llevando a enfrentamientos personales entre vecinos e incluso entre familiares, pues quienes cumplen el estado de alarma y se mantienen en casa no piensan pasar ya ni una a quienes les están poniendo en peligro: "ya no aguantamos más, o las autoridades toman medidas serias o en algún pueblo vamos a acabar a palos. Así no se puede seguir si se quiere acabar con el coronavirus de una vez, y si hay que denunciar se denuncia".

Las críticas van directamente contra la Subdelegación del Gobierno en Zamora y la Consejería de Sanidad de la Junta de castilla y León exigiendo contundencia: "Si hay unas normas hay que cumplirlas, todos, no solo unos pocos mientras los cuatro listos de cada pueblo no paran en casa, pasean y aran cortinas como si todo fuera normal. La Guardia Civil y la Policía Nacional deben comenzar a sancionar o esto terminará por írsele de las manos, y las consecuencias pueden ser muy graves".

Los alistanos se muestran a favor de que sea el Ejército el que se haga cargo de los controles del paso fronterizo de Quintanilha y San Martín del Pedroso y la Guardia Civil y la Policía Nacional se dediquen al control de todos los pueblos y a garantizar la seguridad ciudadana, y de que se pase de dar consejos a poner multas para poner fin al descontrol.

Existe la creencia generalizada que la dotación de efectivos de la Guardia Civil al único paso fronterizo abierto con Portugal contribuye a contar con menos efectivos a la comarca alistana: " El peligro de Aliste son algunos alistanos, no la frontera de Quintanilha".

Personal sanitario de la Raya reconocía ayer a este periódico "que hay gente en Aliste y en Tras Os Montes que esta jugando con fuego al salir a la calle como sino pasase nada, mantener el contacto físico o no respetar las distancias, poniéndose en peligro ellos y a los demás". Incluso se afirma que hay gente que cruza de un país a otro campo a través para trabajar o comprar, al más puro estilo de tiempos del contrabando.

Se están dando casos tan esperpénticos como el de personas que comparten vivienda y solana con personas en cuarentena tras llegar de Madrid, y que luego comparten paseos e incluso barbacoas al aire libre con otros familiares o vecinos.

El municipio donde existe mayor malestar por el incumplimiento del estado de alarma es en San Vitero (San Juan del Rebollar, Villarino Cebal, El Poyo y San Cristóbal de Aliste), donde algunos vecinos ya lo han trasmitido directamente a la Subdelegación del Gobierno en Zamora.

El malestar se extiende a otros municipios comoTrabazos, San Vicente de la Cabeza y al resto del área de la mancomunidad de servicios "Tierras de Aliste", aunque se reconoce que en todos los pueblos de la comarca, se cumple por la amplia mayoría lo de quedarse en casa, pero una minoría se está riendo del resto de vecinos y hasta de la Guardia Civil. Los alcaldes han tenido que recurrir a publicar bandos llamando a la obligación y a la solidaridad de quedarse en casa, pero quien no cumplía antes sigue sin cumplir ahora haciéndoles caso omiso" Por este motivo, los vecinos exigen a los alcaldes que los ayuntamientos sean los encargados de avisar y pedir a la Guardia Civil que actúe en los pueblos y no se den.

Los propios vecinos denuncian que "Hay personas que llevan incumpliendo el confinamiento domiciliario desde el primer día y aquí no pasa nada", afirmando que están todo el día en la calle, se hacen reuniones de grupo e incluso paseos utilizando las carreteras, desplazándose de unos pueblos a otros, donde se juntan para intercambiar impresiones sobre la crisis sanitaria global del Covid 19.

Por si la preocupación fuera poco, en algunos pueblos de la zona tabaresa las autoridades locales denunciaban ayer que "siguen llegando con total normalidad, impunidad y sin control alguno gente procedente de lugares de alto riesgo como Madrid y País Vasco, incluso familias enteras, que lejos de quedarse en casa y guardar una cuarentena andan por el pueblo como si fuera el mes de agosto". Lo mismo sucede en el municipio de Gallegos del Río (Domez de Alba, Valer de Aliste, Flores, Tolilla y Lober), donde llegan residentes en Madrid que nada más bajarse del coche andan por la calle se dirigen a la huerta, poniendo en peligro a los demás. El resto de vecinos advierten que pondrán los hechos en conocimiento de la Subedelegación del Gobierno.

Por otro lado la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León iniciaba ayer un período de tres días de riesgo medio de incendios, viernes, sábado y domingo, entoda la provincia de Zamora.

Simultáneamente los agentes de Medio Ambiente de la comarca forestal de Aliste intensificaban ayer la vigilancia tras detectarase en lo que va de estado de alarma hasta cinco conatos de incendios forestales, todos ellos provocados intencionadamente y siguiendo el mismo patrón: el autor del prende fuego y abandona el lugar para no ser pillado. Por este motivo se extremará la vigilancia con la presencia de los agentes por los pueblos.

El primero de los de fuego se producía en la ribera del río Manzanas en San Martín del Pedroso, junto a la frontera con Quintanilha, Portugal, y hubieron de desplegarse medios aéreos y de tierra para su extinción. Posteriormente se producían y se investigan otros dos fuegos, uno de ellos en el término de Alcorcillo y otro en Valer. El pasado jueves las torretas de vigilancia la Sierra de la Culebra y Villarino -Santa Ana detectaban uno más en el término de Losacino y otro en la Raya de Aliste y Tras Os Montes, que se originé en Cicouro y pudo pararse antes de llegar a España gracias que había tierras sembradas.

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León tiene suspendidas todas las quemas controladas durante el estado de alarma, aunque ya estuvieran aprobadas con anterioridad, dentro del plazo que habitualmente se extiende hasta el día 31 de mayo. Lo mismo sucede con la corta de leña y las labores de poda que habían sido autorizadas hasta el día 31 de marzo. Algunas personas han optado por hacer caso omiso y a veces actúan temerariamente con los fuegos provocados, poniendo en grave peligro a los medios de extinción, incluso a la hora de desplazarse al tener que viajar juntos y por tanto exponerse a un contagio.