Ante el inicio de una crisis sanitaria y la inminencia de la declaración del estado de alarma en toda España los supermercados e hipermercados de las ciudades estaban ayer abarrotados de personas que querían abastecerse de alimentos y productos básicos para una temporada, pero los vecinos del mundo rural no siempre tienen la posibilidad de desplazarse hasta las grandes superficies para hacer las compras, especialmente aquellos de mayor edad que ya no conducen.

Ante esta situación, los comedores sociales que dependen de los municipios rurales y de la Diputación de Zamora pueden jugar un papel fundamental para mantener bien alimentada a esta población, que además, debido a su avanzada edad, constituye uno de los principales sectores de población en riesgo de presentar un cuadro agravado de la enfermedad si llegan a contraer el coronavirus COVID-19.

Por eso, los ayuntamientos han decidido mantener el servicio de los comedores sociales en funcionamiento, pero cambiará la forma de trabajar. Juntarse todos a comer, compartiendo mesa, es un riesgo que podría propiciar y aumentar los posibles contagios entre estos vecinos de avanzada edad, por eso en la mayoría de los casos se optará a partir de hoy por repartir los menús a domicilio, en "tuppers", por cada una de las casas de los usuarios habituales de estos comedores. Así lo anunciaban ayer ayuntamientos como el de Muelas del Pan o el de Bermillo de Sayago.

En el caso de Manganeses de la Lampreana, uno de los comedores sociales con más usuarios de toda la provincia de Zamora, el servicio también está garantizado y se ha optado porque la gente pase por el comedor para recoger su menú y llevárselo a casa. No obstante, para evitar las aglomeraciones, se darán citas, distintos turnos, para que cada persona vaya a una hora a recoger su "tupper", según informaba ayer el ayuntamiento, consultado por este diario, aunque tampoco se descartaba organizar a corto plazo una entrega a domicilio por las casas de Manganeses y de Riego del Camino, localidad aneja a este municipio.

Son formas de garantizar que la población mayor siga bien alimentada, con una dieta sana y de evitar que se desplacen hasta los supermercados de las ciudades como Zamora, Toro o Benavente, donde pueden ocurrir aglomeraciones de clientes tal y como sucedía ayer. En las cocina de estos comedores también se están extremando, aún más de lo habitual, las medidas de higiene.

Sin embargo, en las localidades más pequeñas no suele existir ni tan siquiera este tipo de servicios de comedor, y tampoco hay comercios. En estos casos la población mayor depende de los vendedores ambulantes y de las entregas a domicilio para mantenerse bien abastecidos de comida, furgonetas que llegan un día determinado de la semana con pescado, fruta u otros productos y que de momento continúan funcionado al ritmo habitual, aunque sí con más demanda: la gente compraba más que otras semanas.

En Prado, un pueblo con medio centenar de habitantes en plena Tierra de Campos, tienen la suerte de estar bien abastecidos por un comercio de Villalpando que reparte todo tipo de productos. De su tendero, Paco, que llega dos veces a la semana con su furgoneta dependen muchas de las despensas de esta pequeña localidad.

Hasta en este municipio, uno de los más pequeños de la provincia, la alcaldesa Bárbara Patricia Palmero Palmero ha publicado un bando para tomar medidas y dictar recomendaciones en aras de contener la pandemia: "Esta vez necesitamos que los cuidados los dirijáis especialmente hacia nuestra mayor riqueza, los habitantes del pueblo. La pandemia del coronavirus ataca con especial virulencia a las personas mayores. Los habitantes de Prado están en su mayoría dentro de este grupo de extraordinaria vulnerabilidad. De esta forma, os rogamos seguir con especial celo las recomendaciones preventivas que las autoridades sanitarias comunicando en relación a las personas mayores, que aconsejan se abstengan de visitarlas quienes tengan algún tipo de síntoma que coincida con los de la enfermedad, hayan viajado a una zona de riesgo o residan en lugares donde la epidemia está avanzando".

En cuanto a las cabeceras de comarca, donde suele haber supermercados, la situación ha sido similar a la de los comercios de alimentación de la capital. La afluencia de clientes ha sido extraordinariamente alta durante toda la jornada del viernes y se han incrementado de forma muy notable las ventas de los productos más básicos. Es el caso, entre otras superficies comerciales, del supermercado de Asovino en Bermillo de Sayago, cuyo parking estaba bastante lleno de coches ayer por la mañana para tratarse de un día de diario.