El ganadero de Barrio de Lomba, Jesús San Román García, esperaba ayer a primera hora de la tarde a acceder a la parte de la nave que no se vio afectada por el incendio, declarado el pasado lunes. La Policía Judicial de Guardia Civil, que ayer proseguía con la investigación, le autorizaba al uso tras mantener precintadas las instalaciones desde el día del incendio, y ante la hipótesis de la investigación de que fuera intencionado.

A lo largo de la mañana, Jesús San Román, sacaba el abono de la nave en las zonas donde se le permitió entrar para poder preparar el recinto y resguardar alrededor de unas 500 ovejas, ante la previsión de nieve, tras las lluvias. En la explotación se está a la espera de retirar los animales muertos y la inspección de los veterinarios, como explicó San Román, y poder hacer el recuento de los animales que se han salvado.

El ganadero agradecía el apoyo que le han ofrecido el resto de ganaderos y vecinos a título particular de la zona, reconocía que "se lo agradezco en el alma". Aunque de momento no ha aceptado los ofrecimientos porque "estoy esperando a ver si me hace falta algo. Hay ganaderos jóvenes que están empezando y que están ellos muy justos, y no me lo van a dar a mí, necesitándolo ellos".

En las primeras horas del incendio, desde la cooperativa Cobadú de la que es socio, se le proporcionó un camión de paja para salir del paso "y lo que necesite". En el interior de la nave tenía paja almacenada que se quemó.

En estos momentos no podía hacer acopio de paja porque no tenía dónde almacenarla y la tenía que dejar fuera de la nave, al no poder hacer uso de ella, con el riesgo de que se mojara por la lluvia caída esta semana. Ha recibido llamadas y ofrecimientos que "agradezco". Hasta el momento no ha podido hacer balance final de las bajas porque cada día hay más bajas debido a las altas temperaturas y los problemas por el humo. La primera estimación era de unas 200 ovejas y un centenar de corderos. Los animales que se han salvado se han resguardado en unas cercas improvisadas con lonas de plástico, en los terrenos colindantes a la edificación.

Ayer reconocía estar "más tranquilo" pero "esos cuatro días lo he pasado muy mal" al ver cómo van muriendo los animales posteriormente al incendio. Su esposa fue atendida de manera preventiva el lunes, el día del suceso, por el personal del consultorio de Barrio, ya que recientemente había tenido un problema de salud, que ante la tensión del momento podía complicarse "ella lo ha llevado casi mejor que yo" reconocía Jesús. Del origen del incendio, que sigue bajo investigación policial, Jesús San Román no descartaba un intento de robo, ya que en otras ocasiones "sí he echado en falta algo en la nave", aunque "llevaba unos años que no echaba nada en falta".