Los hermanos David y Fernando Villar Ferrera hicieron correr ayer a medio pueblo de Ferreras de Arriba, bajo sus máscaras de Filandorra y Diablo, acompañados por la pareja de guapos, la Madama y el Galán representados por Juan José Baladrón Peral y Alejandro Andrés Remesal. Con la carretera como velódromo, los jóvenes y los niños eludieron a carreras los correazos de los "Feos" que ganas le pusieron por acorralar víctimas en esta tradicional mascarada invernal.

Una jornada que comenzaba a las nueve de la mañana bajo las instrucciones de la veterana Atilana Folgada, maestra en la vestimenta y los usos y costumbres de la Filandorra, recuperada un invierno de los años 80 y que se ha mantenido ininterrumpidamente hasta el momento presente, para orgullo de esta maestra de ceremonia. Atilana vigila que los atuendos luzcan en todo su esplendor, y que la Filandorra no se ponga el traje al revés. No hay ni botones no corchetes entre estos trajes de harapos modernos, cintas para cerrar que no dan problemas de rotura a la hora de correr.

Medio pueblo pasa por caja y por maquillaje. La Filandorra se encarga de sacar el aguinaldo y de poner negro de tizne sobre blanco. En la plaza, los gaiteros de Ferreras (de Arriba y Abajo) amenizan la espera y la llegada de los cuatro jinetes de las máscaras, mientras alguna pareja se marca un baile. Ni el alcalde, nuevo en estas lides, se libró del castigo y eso que era la autoridad que daba permiso a visitar puerta a puerta a todos los residentes y descendientes del pueblo que pasan las vacaciones navideñas en la Sierra de la Culebra.

La trasmisión de esta herencia cultural inmaterial tiene la sucesión garantizada, mientras haya abuelos que vigilen las primeras carreras de los nietos. Y vigilantes hubo en la mañana de ayer ante el trasiego de coches, niños, adolescentes y caramelos. La Filandorra, el Diablo y los guapos dan no solo golpes, sino que repartieron decenas de kilos de caramelos y galletas.

A media mañana el público degustó las típicas sopas de ajo y chorizo cocido que se encargaron de preparar los colaboradores Alejandro Andrés, Ana Belén Andrés, David Ferreras, María José Baladrón, Eduardo Balandrón y Benigno Villar. Un tentempié bien recibido en una mañana de niebla que tardó en levantar pero que dejó correr las calles, como manda La Filandorra.