El Ayuntamiento de Galende baraja todas las opciones para facilitar una vivienda a un vecino de Ribadelago que tendrá que abandonar la casa en la que residía cuando se cumpla la orden de desahucio. Las alcaldías se encuentran con bastantes problemas para atender este tipo de situaciones, cuando carecen de presupuesto y servicios sociales municipales. El alcalde, José Manuel Prieto Ramos, ha señalado como una opción el alquiler de una vivienda a costear al 50% entre los Servicios Sociales de la Diputación y el propio vecino.

Como última solución, el Ayuntamiento habilitaría una de las viviendas deshabitadas en la Plaza del Ayuntamiento de Galende, aunque estas casas, las antiguas viviendas de los maestros, no están en condiciones y llevan tiempo desocupadas sin reunir las condiciones de habitabilidad. En el municipio hay varios casos similares que se intentan resolver con los escasos recursos municipales y con la ayuda de los servicios del CEAS.

Óscar Gómez Encarnación, de 41 años tendrá que abandonar de manera inminente, la casa de sus abuelos a raíz de un desahucio por desavenencias familiares y carece de una vivienda en la que vivir. Ayer esperaba "nervioso" en casa la llegada de la comisión Judicial para proceder a su desahucio, aunque lo que se había notificado era el aviso. Había recogido ropa y recuerdos, especialmente fotos familiares. Para la primera noche, tiene previsto pernoctar en un alojamiento en Vigo hasta encontrar una casa con un alquiler asequible. Agradecía el apoyo de los vecinos en estos momentos.

Los abuelos de Oscar Gómez se quedaron a su cuidado "cuando tenía tres meses, como me contó mi abuela" ya que era una familia extensa de 11 hermanos. Tras cursar Educación General Básica dejó los estudios y fue encadenando trabajos en el Parque Natural como peón forestal, alternando con cursos de formación forestal. "He mandado currículum pero no me llaman para trabajar". Su situación familiar le lleva al extremo de rechazar cualquier ayuda y de recurrir a sus hermanos "porque me da apuro", reconoce el afectado.

Lleva tres años sin trabajar y cobra una ayuda social de 430 euros, gestionada por los Servicios Sociales del CEAS, que se han preocupado de la situación de esta persona. Con anterioridad sí trabajó frecuentemente como peón forestal para las empresas que realizaban trabajos silvícolas dentro del Parque Natural y trabajos ocasionales para algún vecino. El último empleo fue para el Ayuntamiento de Galende, como albañil, durante 6 meses y dentro del plan de fomento de empleo rural. A raíz de la muerte de su abuela nunca pensó que tuviera que abandonar la casa "porque yo estuve con ellos y yo los cuidé los últimos años".

La situación personal y familiar de Óscar Gómez, es compleja, ya que como él mismo reconocía "no me hablo con ellos". Los familiares directos han señalado que han tratado de ayudarle y darle opciones, durante dos años, para resolver su situación tanto laboral, de salud, como de vivienda, pero no ha querido aceptarlas.