Francisco Alves es un activo defensor de la "Raya", territorio fronterizo donde nació y al que ha retornado tras su jubilación como profesor de Filosofía en Lisboa durante 30 años. En 2013 impulsó el Movimiento DART (Desarrollar, potenciar y rejuvenecer Tras os Montes-Alto-Douro) en Varge, germen de la plataforma RIONOR (Red Ibérica Occidental para una Nueva Ordenación Rayana), un nombre asociado al pueblo de Rihonor-Rio de Onor, ejemplo de "resistencia pasiva a la imposición de fronteras impuestas desde el exterior". RIONOR celebra mañana en Alcañices un nuevo Consejo Rayano con la idea de aportar ideas y concienciar a las poblaciones fronterizas de que las líneas no deben existir y el territorio debe luchar, "todos a una", por su supervivencia y desarrollo.

-¿Por qué decidió volver a su aldea después de toda una vida profesional en Lisboa?

-Me gustaba mucho mi tierra, de la que salí con 20 años, y cuando me jubilé, restauré la casa de mis padres y vivo en la aldea de Varge (a medio camino entre Bragança y Rio de Onor) pero hago una vida como en la ciudad porque estoy conectado al mundo. Las aldeas tal y como las conocíamos antes ya no existen.

-Hay pueblos que no tienen ese privilegio porque están aislados tecnológicamente.

-Sí, esa ha sido una de las reivindicaciones de los consejos rayanos. Yo tuve suerte porque la operadora ha hecho una política de instalar pequeñas antenas, ya que en Tras os Montes es muy difícil poner una antena para cubrir una gran área. Una de las luchas de los consejos rayanos, de un lado y otro, eran los problemas con las llamadas internacionales. Me molesta mucho ir de una aldea a otra y que las operadoras digan "bienvenido a Portugal" cuando no salí del país. Si hubiera más comprensión entre las operadoras y cooperación entre un lado y otro nos podíamos beneficiar todos, pero la falta de conexiones es un problema gravísimo.

-Por esto y otras muchas cosas lucha la asociación RIONOR, ¿cuáles son sus objetivos?

-Tenemos tres grandes objetivos. Uno es la escuela de ciudadanía porque los ciudadanos se quejan mucho de los políticos, pero yo pregunto a los ciudadanos, qué has hecho tu por tu tierra. Nada. Y entonces cómo quieres que los otros lo hagan si tú no haces nada. Los políticos son malos porque nosotros les dejamos ser malos. Por eso un objetivo fundamental es movilizar a los ciudadanos. Además es necesario congregar una masa crítica; quizás hablar de una élite puede sonar un poco arrogante, pero cuando decimos masa crítica hablamos también de campesinos que casi no saben leer y todos los días nos dan lecciones. Esa masa crítica debe reunir a todos los que les gusta vivir en este territorio y lo quieren hacer con más dignidad y confortabilidad.

-Otro eje de RIONOR es la cooperación transfronteriza ¿acaso es insuficiente?

-El anterior consejero de Educación de la Junta, Fernando Rey, dijo el año pasado en Mirandela que en Europa todas las zonas de frontera son prósperas y de oportunidades, menos Castilla y León y Tras os Montes, una tierra pobre, sin oportunidades y sin buenas comunicaciones. Entonces nosotros hablamos con el primer ministro y con la Embajada de España y nos ratificaron que aquí es donde hay menos cooperación. Entre Galicia y Portugal hay más, y desde Andalucía y Extremadura también. Entonces tenemos todo un trabajo por delante. Apelamos a los ciudadanos para luchar por lo que es suyo, desarrollar un pensamiento crítico y poner ideas en marcha para hacer más cooperación.

-¿Por qué está en el vagón de cola una zona con tantos valores, qué ha pasado para que se haya quedado anclada?

-Una de las reivindicaciones de los consejos rayanos de 2017 era la conexión por tren desde Bragança hasta Sanabria. Es un error no contemplar esa línea férrea y ningún político me ha dicho lo contrario. Es más, favorecería la revitalización económica en un plazo de 10 ó 15 años, sin duda ninguna. La estación del AVE en Otero de Sanabria solo funcionará si la conexión a Bragança está garantizada. Y hay otro dato; en el consejo de Puebla uno de los ponentes reveló una cosa importantísima que nos ha hecho pensar. Y es que haciendo una circunferencia en el mapa desde un punto en la frontera, con un radio de 100 kilómetros , tenemos un millón de personas. No estamos despoblados, las personas emigraron para las ciudades. El problema es que ese millón de personas no se pueden comunicar porque no tienen carreteras ni trenes, no tienen posibilidad de comunicarse. El desarrollo va por ahí, al igual que la autovía de Zamora a Quintanilha, vital para la salida a Europa. En los consejos rayanos de accesibilidad lo hemos reivindicado

-En la reunión de mañana en Alcañices se van a presentar iniciativas en el terreno educativo ¿en qué sentido?

-Hay propuestas muy potentes para incrementar la cooperación. En los consejos rayanos del año pasado los directores de centros se comunicaron y consiguieron, por ejemplo, una cosa sencilla pero de gran importancia en la cooperación como es un acuerdo entre dos escuelas, de Zamora y Braganza, que permitió las visitas de los alumnos de un centro al otro y viceversa. Fue sin necesidad de protocolos, todo muy natural. Pues por ejemplo, si Puebla o Alcañices quiere hacer un curso de formación de profesores y no reúnen a mucha gente, por qué no juntar a los profesores de un lado y de otro. Hay un conjunto de propuestas extraordinarias que vamos a presentar en Alcañices y si fueran puestas en marcha desde luego creo que beneficiaría a todos.

-Ejemplo de cooperación que, según defienden, se puede trasladar a muchos ámbitos.

-Claro, pero hay que precisar que RIONOR no es una asociación ejecutora de proyectos es una asociación aglutinadora de ideas, de personas que sueñan, con derecho a habitar los territorios rayanos. Y nuestro objetivo es interpelar las conciencias y fomentar la cooperación. En ese sentido estamos muy contentos porque cuando se celebraron las elecciones municipales en Portugal nadie habló de carreteras, ni de trenes ni del aeropuerto de Braganza que pueda beneficiar a toda esta región. Pasados algunos meses, las instituciones empezaron a preocuparse por estas infraestructuras. Y eso es porque los ciudadanos se reunieron, elaboraron documentos y pusieron a las personas a pensar. Los políticos tienen que ser cuestionados, porque además los sistemas son centralistas y los poderes están en Lisboa y Madrid; el problema es que no hay dinero de la Unión Europea para desarrollar nuestros territorios y lo hay para los proyectos de Oporto o Lisboa.

-¿Cómo atraer infraestructuras al territorio rayano?

-Los ciudadanos deben movilizarse y forzar a los partidos a hacer reuniones en torno a lo que es común y vital para estas regiones y dejarse de guerras partidistas. Es difícil, pero nuestro papel es demandar eso. Por ejemplo, una carretera, si un partido dice lo quiero por aquí y otro por allí, el planteamiento es cuál es lo más importante para el futuro y todos tenemos que luchar por eso. Cuando hay una división regional los políticos en Lisboa o baten palmas porque es la manera de no hacer nada.

-¿Hasta qué punto el nacimiento de esta asociación ayudará a romper con esa marginación?

-Nuestra asociación tiene el nombre de Rionor, que nos remite a la aldea de Río de Onor o Rihonor, porque es un ejemplo milenario de que la convivencia de dos culturas, dos lenguas y dos países no solo no anula a uno y otro pueblo sino que hace una nueva cultura más fuerte y resuelve los problemas. También es un ejemplo para la Unión Europea. Nos tenemos que convencer de que la cooperación transfronteriza no es buena para los portugueses o buena para los españoles, es buena para los dos. Los ciudadanos tienen que comprender eso, que el desarrollo es mutuo, los beneficios son mutuos y cuanta más cooperación mejor podremos soñar con un desarrollo y un futuro digno.

-El concepto de frontera es cada vez más irreal en el territorio rayano.

-Sí porque las fronteras desaparecieron, la cuestión es que siguen en las conciencias. El problema mayor es que las personas imaginan que aún hay fronteras y no reparan en que ya no existen. Por eso son necesarias las comunicaciones.

-La presentación del libro de Jaime Izquierdo "La Conservación Cultural de la Naturaleza" incide en la gestión de los espacios, ¿qué destacaría?

-Plantea un paradigma nuevo, sostiene que solo se resolverá el problema de los incendios cuando se entregue la custodia del territorio a los campesinos. Son ideas muy fecundas que tiran por tierra el modo en que se están gestionando los parques naturales, con restricciones muy severas a las poblaciones. Mientras los gestores no comprendan que los proyectos tienen que contar con el sentimiento de los campesinos, no podrá haber desarrollo. Y si estos territorios continúan despoblados nadie va a garantizar que acaben destruidos. Los proyectos que comprometan a las poblaciones son bien recibidos pero los que se implantan en su contra son un desastre.