Robleda celebró este fin de semana la II Jornada de elaboración de sidra, que puso de manifiesto la necesidad de preservar la variedad de manzanos autóctonos frente a su desaparición. El mal tiempo obligó a retrasar al domingo las conferencias y el taller práctico de elaboración de sidra, aunque los preparativos se fueron desarrollando a lo largo del sábado, y la participación fue numerosa.

La conferencia del ingeniero agrónomo, Iván Rodríguez Martín, fue muy esclarecedora sobre la evolución en la plantación de variedades nuevas de manzana para sidra. Una plantación que no es reciente sino que se remonta a la II República y a la labor de la Liga de Agricultores y Ganaderos que repartieron diferentes variedades, entre ellas las productoras de sidra. Gracias al trabajo de campo Iván Rodríguez ha recopilado el testimonio de los vecinos y de cómo llegó la "Colorada" de Sidra, una variedad más ácida, o la "Normanda" más dulce.

Morro de Liebre, Verde Doncella, Reinetas se sumaron a las variedades locales que están en vías de desaparecer de Camuesas, Repinaldos, Sotillas, Calostras, Parradas, que el ingeniero denomina "antiguas". Este taller "también es para dar valor a las variedades tradicionales" y recopilar la herencia oral sobre los árboles frutales que proliferaron en la comarca a la largo del siglo XX. Estos manzanos "son un patrimonio muy importante y animo a los que tengáis a que os fijéis en las variedades sobre todo si son antiguas". "La mejor manera de conservar estar variedades es injertar", aconseja el experto a los vecinos que se interesan por sus frutales.

Fruto de esa plantación se desarrolló también la producción de sidra casera, a pequeñas escala y para el autoconsumo, y que en muy contados casos aún se ha conservado. El hombre se las ingenió para aprovechar los excedentes agrícolas, "mediante fermentación, elaboración y conservación" aclaraba el experto.

El auge de los años 80 y 90 en la exportación de manzanas para los lagares asturianos ha desembocado en el abandono total de la recogida para su comercialización. Sí se sigue recogiendo para las casas y en contados casos para la venta a los lagares.

"Me da pena que se queden en el suelo" dice Victoria, una de las vecinas que participa en el pelado de manzanas para la compota, que coronará la comida comunitaria en Robleda, a base de cocido y el castrón. Un nutrido grupo de mujeres se entregó a pelar las manzanas antes de participar en la conferencia y en la degustación de mermeladas artesanales.

Victoria enumeraba todas las variedades conocidas y algunas como Vitibanana o Cuarterón, Royal, Estarki y la Golden. Menciona además la "Negra" como una variedad antigua dura y que aguanta. La manera de conservar es en lugares frescos y oscuros, que no estén húmedos. La cosecha de este año no ha sido abundante, frente al pasado año en que la producción fue altísima pero la recolección mínima. Las manzanas de la anterior cosecha aguantaron hasta el mes de junio.

El responsable de la empresa "Comefrutos del Bosque" Gonzalo Alarcos ha preparado unas mermeladas especiales de boniato y remolacha, con la finalidad de producir aquella variedad que más guste a los catadores locales. Su empresa afincada en el municipio y con obrador en Robleda produce mermeladas de frutos silvestres y una novedosa "castacilla" una crema de cacao y castañas. El pasado año, los catadores se decantaron por una mermelada de castaña con vainilla, aunque también hay una amplia combinación como castaña y chocolate, o castaña y manzana.