Más de un millar de alistanos y sayagueses pertenecientes a las localidades de Villadepera, Pino del Oro, Villardiegua de la Ribera, Moralina, Gamones, Argañín, Luelmo, Moral y Torregamones han rubricado un documento, que presentaron en la mañana de ayer en el Servicio Territorial de la Junta de Castilla y León en Zamora, exigiendo el acondicionamiento, ensanche y mejora de la carretera ZA-321 que comunica las comarcas de Aliste y Sayago por el histórico Puente de Requejo sobre los Arribes del río Duero.

Los alcaldes, como representantes de los municipios de ambas comarcas, decidieron realizar la recogida de firmas como medida de presión a la Junta, entregándolas ayer representantes del Ayuntamiento de Villadepera y de la Asociación Cultural Fuente Beber del municipio sayagués.

"Es una carretera tercermundista. Se les llena la boca a los políticos con temas de asentamiento de población rural y con la España Vacía pero nadie hace el más mínimo esfuerzo en proponer un cambio, como seria tomar una pequeña decisión, con un presupuesto real, para reparar la carretera ZA-321. Estamos cansados de buenas palabras y de palmaditas en la espalda, pero a la vez de patadas en el trasero" señalan los afectados que han entregado el millar de firmas.

"Los alistanos y sayagueses pedimos al señor presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, respuestas urgentes, no queremos tener que abandonar también los pocos que quedamos en las zonas rurales. Prioridad, señor presidente, prioridad; la ZA-321 tiene las horas contadas. Como tarden en repararla se muere la carretera y con ella los pueblos afectados. No nos engañen más veces con proyectos inviables, proyectos que jamás se llegan a ejecutar. Sean serios y pongan dinero ya para la reparación integral de la ZA-321 desde la nacional 122 a Pino del Oro y de Villadepera a Moralina" reza el comunicado que ya está en manos de la institución regional y que buscan que sirva como medida de presión.

Previamente el alcalde de Villadepera, José Ignacio Isidro, se reunió con la responsable de carreteras de la Junta, en Zamora, trasmitiéndole, en nombre de alcaldes y vecinos, el grave deterioro de la vía de comunicación regional y la "necesidad de afrontar las obras con urgencia ya que su estado la hace ya prácticamente intransitable y no garantiza la seguridad vial y la vida de las personas que transitan con sus vehículos cada día por ella".

La mejora de la carretera del Puente de Requejo se ha convertido poco menos que en un proyecto maldito. La Junta incluyó su mejora en el "Plan Regional de carreteras 2008-2020". El 10 de junio de 2008 se abordó la propuesta de su modernización en la Comisión de Transportes e Infraestructuras donde también se trataba la restauración del viaducto. Allí, el entonces procurador del PSOE, Manuel Fuentes, lanzó una profecía que va camino de convertirse en realidad: "No es ninguna garantía de que las obras se realicen esta legislatura, porque la Junta puede iniciarlas en 2020". Está claro que en 2019 ya no se afrontarán y solamente queda una anualidad del Plan de Carreteras para 12 años.

La Junta dispone desde hace varios años del correspondiente proyecto técnico para poder afrontar la mejora de la ZA-321 con un presupuesto de ejecución material de 1.580.000 euros. Con el paso del tiempo, la carretera ha ido a peor y los precios han cambiado, con lo cual las obras a día de hoy nunca bajarían de los 2 millones de euros.

La ZA-321 es una peculiar vía de comunicación autonómica que pertenece a la red complementaria local de carreteras de la Junta de Castilla y León con un recorrido total de 17 kilómetros y 200 metros, desde su confluencia con la Nacional 122 en Fonfría hasta Moralina de Sayago, tras pasar por los centros urbanos de Pino del Oro y Villadepera.

La carretera cuenta con una calzada de 6 metros de anchura que muestra un "lamentable estado de conservación, cientos de baches y un firme peligrosamente irregular". El ancho se reduce a sólo 3 metros en el Puente de Requejo y está prohibido el paso por ella a camiones con más de 15 toneladas de peso y carga.

Los principales beneficiarios de la carretera ZA-321, y ahora también perjudicados por sufrir su grave estado, son los vecinos de los cinco pueblos y municipios (empadronados y residentes allí habituales durante todo el año) situados en su entorno que se ven obligados a utilizarla para viajar hasta Zamora capital por la Nacional 122: 205 de Villadepera, 200 de Pino del Oro, 126 en Villardiegua de la Ribera, 263 de Moralina y 277 de Torregamones. Un total de 1.071 usuarios habituales, más los emigrantes en verano, transeúntes, comerciantes y turistas que utilizan la carretera para acudir a los Arribes del Duero y al Puente de Requejo.

En teoría, su velocidad genérica interurbana oficial, como carretera autonómica, está en 90 kilómetros por hora. Dado su tortuoso trazado, es algo difícil de alcanzar en la mayor parte de su recorrido: "Difícilmente puedes pasar de 30 por hora y aun así es un peligro, te juegas la vida y destrozas el coche en seis meses. Más que una carretera, parece un camino para tractores y todoterrenos" señala un vecino obligado a transitarla a diario.

La única actuación importante de la Junta de Castilla y León en la ZA-321 en los últimos 30 años fue la restauración del Puente de Requejo que se reabrió al tráfico rodado el día 13 de septiembre de 2013 tras 137 días en obras.

La ya larga y peculiar historia de la comunicación viaria entre las comarcas de Aliste y Sayago comenzó a gestarse en el Congreso de los Diputados en Madrid hace ya 166 años, más concretamente en 1853, cuando en la toma de posesión del acta de diputado en Cortes de Práxedes Mateo Sagasta, éste propuso la necesidad de conexionar sobre suelo firme a alistanos y sayagueses que durante siglos se vieron obligados a jugarse la vida para comunicarse sobre las bravas y profundas aguas del río Duero cruzando en endebles barcas de madera donde muchos fueron los muertos (ahogados) y desaparecidos. Él fue el encargado de encargar el primer proyecto técnico al ingeniero Eduardo López Navarro pero nunca se ejecutó.

La realidad es que todo quedó en promesas y palabras hasta que llegó Federico Requejo Avedillo, un ingeniero agrónomo y político sayagués de Bermillo (1855-1914) que logró que por primera vez, estando al frente de la Dirección General de Obras Públicas, se estudiara la carretera que uniría a Fonfría con la de Salamanca a Fermoselle.

El sueño de Práxedes Mateo Sagasta se diluyó en el tiempo, 62 años, hasta verse construido el puente actual, finalizado en 1914, pero que no entró en funcionamiento hasta el día 15 de septiembre de 1915, ya con accesos a él.

Fue inaugurado por el entonces Director General de Obras Públicas Abilio Calderón. Sus dos grandes artífices no vivieron para verlo terminado pues Praxedes Sagasta murió en 1903 y Federico Requejo en 1914.