Una red de protección colocada en la base de la cúpula barroca salvaguardará a los feligreses de los desprendimientos en el interior de la iglesia de Nuestra Señora de la Carballeda. Esta es la medida urgente propuesta por los integrantes del comité de expertos, historiadores y arquitectos, que revisaron el templo junto con los responsables de la Cofradía de los Falifos y de la Parroquia. La intervención en la cúpula es urgente para evitar la pérdida de los elementos tanto estructurales como decorativos.

El comité estuvo formado por los historiadores Miguel Santiago Prieto, presidente honorario de la Cofradía de los Falifos; José Ignacio Martín Benito, doctor en Historia y Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia, junto con el presidente del Colegio de Arquitectos de Zamora, Javier Ferrero, y los arquitectos Francisco Somoza, Roberto Vázquez, y Emilio Ganado asistirán a esta reunión en la que Beatriz Rodríguez representará al Obispado de Astorga. El historiador y experto conocedor del templo y la Cofradía, Julio Badenes, no pudo asistir a la reunión técnica

En representación de la Cofradía de los Falifos y de la parroquia el párroco José Antonio De la Fuente, el abad Vicente Miguélez. Eusebio Rodríguez conocedor de los problemas del templo dirigió la visita. El párroco relataba que uno de los últimos desprendimientos se produjo durante la celebración de un bautizo, aunque todos los domingos las personas que se ocupan del templo, retiran de bancos y suelo trozos de escayola.

Los expertos pusieron especial atención a las grietas en la cúpula y en la propia base además de examinar el estado del artesonado, afectado por las humedades por el mal estado de varios puntos del tejado, que afectan tanto a la nave como en la propia cúpula.

Evaluación de los daños

Con toda probabilidad la red de protección estará colocada hasta el mes de septiembre, en plena celebración de la romería de la Carballeda porque, al paro parcial de la administración por los meses de verano, hay que sumar la elaboración de un informe.

Arquitectos e Historiadores se han comprometido a elaborar un trabajo técnico y la redacción de una memoria técnica que evalúe la gravedad de los daños y riesgos, y las posibles intervenciones. La cúpula es una de las escasas obras representativas del siglo XVIII, que se conserva en buen estado en la provincia. Es importante determinar si la estructura que soporta la cúpula es de madera, como se presupone.

La última intervención en el tejado no fue lo suficientemente efectiva, ya que se han desplazado elementos aislantes, que es lo que aparentemente provoca las humedades. El agua está afectando tanto a la parte del artesonado no restaurado como el que se recuperó hace unos años.

El cuerpo técnico visitó las dos sacristías. La sacristía antigua convertida en museo, donde se ubicaba el templo primitivo románico, con bóvedas de piedra y marcas de cantero que fue ampliándose hacia lo que hoy es la nave central. En la sacristía opuesta, oculta tras un muro, se descubrió una escalera de caracol en una de las últimas intervenciones. Un elemento que puede pertenecer el primitivo templo de acceso a la espadaña. Los tres metros de espesor entre la pared de la sacristía y la contigua en la nave lateral evidenciaban la presencia de algún elemento constructivo. Es en esta sacristía donde se efectuó hace tiempo una cata para ver el tipo de material que se usó en la construcción, y que no es visible por la capa de cal. En principio el material visible es piedra, aunque no se descartan otros materiales.

La relevancia del templo está estrechamente unida a la cofradía, que está considerada la más antigua de España, por la Universidad de Sevilla, vinculada al cuidado de los peregrinos del Camino de Santiago Mozárabe sanabrés.