Villaflor, hoy pueblo perteneciente a nivel civil al municipio de Muelas del Pan y eclesiásticamente al Arciprestazgo de Aliste y Alba, ha vivido una peculiar historia a lo largo de su existencia. Se ubica en la margen derecha del río Esla e históricamente perteneció al ayuntamiento y a la parroquia de San Pedro de la Nave. Su historia dio un giro radical al comenzar a construirse el embalse Ricobayo, pues la presa sepultó al pueblo vecino de La Pueblica (derecha del Esla) y a San Pedro de la Nave (izquierda), a donde se desplazaban a la misa y donde eran enterrados sus muertos. La cabecera municipal, San Pedro de la Nave, desapareció y su iglesia visigótica se trasladó a la margen izquierda del embalse, a El Campillo.

Villaflor pasó a depender de Cerezal de Aliste, que aún conservaba su propio ayuntamiento, el 19 de noviembre de 1935. A nivel eclesiástico se agregó a Cerezal en 1933. El cambio definitivo llegaba en noviembre de 1969 cuando el Estado aprobó desintegrar el ayuntamiento: Cerezal y Villaflor pasaban a depender del de Muelas del Pan y Carbajosa de Alba al de Villalcampo. Ya entrado el siglo XX se construyó la primera iglesia de Villaflor, dedicada a San Boal.

Incluso se dio un caso raro eclesiásticamente: mientras durante siglos las Vicarías de Aliste y Alba y sus pueblos pertenecieron al todopoderoso Arzobispado de Compostela (Santiago), La Pueblica y Villaflor, en tierras alistanas, pertenecían a la Diócesis de Zamora. Al carecer de cementerio, cuando moría un vecino y el río Esla venía crecido, no había otro remedio que velar al muerto en el pueblo hasta poder cruzar en barca las turbulentas aguas para darle cristiana sepultura en el camposanto de San Pedro de la Nave.