Zamora destaca en la comunidad de Castilla y León por ser la provincia con mayor número de humedales, al contar con un total de 82 declarados, con especial relevancia las Lagunas de Villafáfila, el Lago de Sanabria, los embalses y una relación de lagunas y turberas que son el hábitat ideal para una diversidad de especies y un verdadero patrimonio de biodiversidad. No todos estos escenarios están ni mucho menos de atendidos y cuidados como Villafáfila, o promocionados como el Lago, muchos ecosistemas acuáticos mantienen el tipo conforme a la gracia exclusiva de la Naturaleza y, en casos, sufren los impactos o estragos del hombre como son los derivados de los incendios. "Los humedales son superimportantes, que albergan especies que no pueden vivir en otro sitio" expresa el investigador y doctor en Ciencias Biológicas Javier Morales, que resalta que "no se les da relevancia pero son claves por los anfibios, invertebrados y seres microscópicos que albergan, así como bacterias, fitoplacton, musgos y helechos que son exclusivos y que cumplen funciones importantes en los sistemas acuáticos y de tierra de alrededor".

El técnico y profesional de las Lagunas de Villafáfila, José Miguel San Román, Subraya que los humedades son básicos para la supervivencia de las aves migratorias y sin ellos no tendríamos muchas de las aves de estas zona. También lo son para otras aves que los utilizan como puntos de parada en sus viajes". Sostiene que "el valor de un ecosistema se mide por la calidad de las aguas, la cantidad de especies y la vegetación. Son básicos para el ecosistema, para los animales y para las personas. Con un medio natural sin humedales o agua no vamos ninguna parte.

La Casa del Parque de las Lagunas de Villafáfila organizó ayer una ruta ornitológica, que contó con la participación de quince personas, no pudiendo asistir los asturianos y leoneses interesados a consecuencia del temporal de nieve. Fue un taller de iniciación a la ornitología donde se les explicó los tipos de aves existentes, se trabajó en la identificación de ejemplares por las características físicas de unas y otras especies e incluso entre ellas, las rapaces por ejemplo, por la forma de sus colas, de las limícolas por sus largas patas y picos. Se aleccionó sobre las grandes distancias que recorren desde sus lugares de partida, sobre las horas de salida y de entrada, sobre la alimentación y modo de desarrollarse en las lagunas.

En el recorrido por la zona José Miguel San Román reparó en el remarcado descenso del número de aves que registra el espacio protegido como una consecuencia del cambio climático, que mantiene a los gansos y otras aves procedentes de Europa en sus lugares de origen, como Holanda y Bélgica. Entre los aspectos que llamó la atención de alguno de los presentes está el hecho de la salinidad de las lagunas.

La provincia de Zamora cuenta con más de ochenta zonas húmedas de interés especial, con una notable concentración de escenarios en la sierra sanabresa, donde se encuentran lagunas y turberas de gran relevancia. A más de una veintena de turberas repartidas por el Moncalvo, Tera, Padornelo y otros lugares, se suman los embalses serranos, construidos sobre históricas lagunas. Son lugares que ofrecen una riqueza biológica sobresaliente. Sus aguas albergan o dan corriente a cursos donde habitan ranas e insectos que no tienen asiento en otras masas de aguas almacenadas en cuencos más voluminosos o en corrientes carentes de la calidad de los manantiales.

Para Javier Morales "deberíamos mirar los humedales porque estamos en un patrón climático en que habrá menos agua".