Los Cencerrones de Abejera saltaron ayer a la plaza del Fornico llevando la sátira y el atrevimiento al escenario público. La representación corrió a cargo de un grupo de personajes mascarados, vestidos estrafalariamente y equipados algunos con unos instrumentos temerarios, que en sus coplas dan fe de un modo satírico y hasta jocoso de acontecimientos o sucesos que dejaron su impronta en la población local. El reparto corrió en esta ocasión a cargo de Jesús Casado Folgado, en la figura de Molacillo; Adrián Rodríguez Vara, como Gitano; David Gallego Andrés representando el Cencerrón; Michael Blanco Hessler como Filandorra; Mónica Casado fFolgado en el papel de Madama; David Andrés Folgado como Galán y Manuel Rodríguez González en la figura de Pobre. Es una representación mayoritariamente masculina aunque en Abejera puede ejercer la figura indistintamente ambos sexos, aunque el Cencerrón suele recaer en un varón por exigencias del gran peso de las enormes tenazas que maneja. Antonio Escuadra resalta la implicación que se ha logrado del sector joven gracias a los cursillos de formación realizados en pleno verano para mantener viva la tradicional mascarada.

La Obisparra comienza con la presencia del alcalde y la entrada en escena del Gitano, que aparece montado en un burro, al que sigue la aparición del Ciego, montado en un burro del que tira el Molacillo, al que se añade a continuación la personación de el Pobre. La atmósfera adquiere otra dimensión con la aparición del Cencerrón y la Filandorra, y el surgimiento de un enzarzamiento donde cada cual ataca o se defiende como mejor puede, y donde los espectadores terminan en muchos casos encenizados por la Filandorra. El Cencerrón y la Filandora terminan por retornar a sus pagos y da comienzo al cántico de las coplas. Es una escenificación invernal que conlleva la donación del aguinaldo que permite ambientar la jornada de Año Nuevo con un final de buena armonía en Abejera.