El alcalde de San Martín de Valderaduey, José Julio Herrero, defiende que "puede que haya alguna grieta, como en cualquier pueblo, pero en San Martín no se pisa barro" saliendo al paso a las críticas vecinales publicadas en este diario el pasado 11 de diciembre, en las que se hablaba de los "baches" de la calle Comandante Franco.

El Ayuntamiento de San Martín de Valderaduey, con medio centenar de habitantes censados -y solo 13 residiendo en invierno- cuenta con un presupuesto ajustado y la mayoría de las obras se costean, como suele suceder en estos pueblos pequeños, con las ayudas de los Planes Provinciales de la Diputación y alguna que otra subvención que pueda llegar muy de vez en cuando de la Junta de Castilla y León. "No hay obras para levantar las calles todos los años, ya nos gustaría, vamos cementando poco a poco, por tramos", explica el regidor, recordando que el pueblo tiene otras necesidades por atender, como arreglar el consultorio médico o el propio Consistorio.

En el caso concreto de la calle Comandante Franco, "es una calle que no podemos levantar entera, porque está hueca por debajo en muchísimos tramos debido a la existencia de bodegas", defiende Herrero. Estas construcciones subterráneas, presentes por todo el casco urbano, son precisamente las que facilitan la formación de grietas en el cementado, pues "el suelo se va hundiendo, y grietas hay ahora y va a haber siempre", vaticina el alcalde, por eso "se van rellenando los baches según van apareciendo". Esta calle tiene 600 metros de longitud y levantarla entera, además de conllevar muchas dificultades técnicas, sería muy costoso para las arcas de un municipio pequeño. En todo ese tramo de más de medio kilómetro el bache más grande que existe, que aparece fotografiado en la información publicada en este diario el día 11, está frente a la casa del alcalde, "y el alcalde quiere que siga ahí ese bache, porque si lo tapara habría quien me acusaría de arreglar la puerta de mi casa", responde Herrero.

Una posible solución a la problemática que supone la presencia de bodegas debajo de las vías pública pasaría por instalar mallazo bajo el cemento, algo "carísimo" y que "obliga a ponerse a cortarlo para arreglar cualquier pequeña avería en una tubería".

Otro problema que dificulta cualquier actuación por parte del Ayuntamiento en las calles de San Martín de Valderaduey es que muchos propietarios de inmuebles han invadido la vía pública apoyando las paredes de sus construcciones sobre la calle. "Si picamos y se cae un inmueble de esos, ¿quién lo paga?", protesta el munícipe. Este diario ha comprobado in situ la existencia de varias construcciones asentadas sobre el cemento de la calle, como es el caso de una entre la calle Platerías y la calle Calvario, u otro aún más evidente de una tapia en la calle Peligro.

Por último, el regidor recuerda que en San Martín de Valderaduey ya no quedan vías urbanas sin cementar. Las últimas zonas asfaltadas, donde hasta hace muy poco sí que se pisaba barro, son la zona del depósito de agua y un tramo de la calle Eras. En la primera tiene propiedades el teniente de alcalde y aún con todo todavía hay una zona llena de tierra e invadida por la maleza. El tramo de la calle Eras que se acaba de cementar está incluido dentro del casco urbano desde hace 15 años, y efectivamente ahí hay una nave que es del alcalde. José Julio Herrero no entiende que se le acuse de utilizar los recursos públicos para asfaltar la calle donde él trabaja "porque estas han sido las últimas de todo el pueblo en la que hemos invertido, en la mía y en la del teniente de alcalde", asevera.

Además, en toda la calle Eras nadie de su familia, a parte de él mismo, tiene ninguna propiedad, como erróneamente afirmaba la queja vecinal recogida por este diario. Donde sí tiene propiedades casi toda su familia, él mismo, y también el teniente de alcalde, es en la calle Cantarranas "que tiene muchísimos más baches y grietas que la calle Comandante Franco".

Por todo ello, el alcalde de San Martín de Valderaduey concluye que esa queja era "infundada" y que "parte de una sola persona que tiene un problema personal conmigo, que debería de resolverlo conmigo, con José Julio Herrero, sin meter al Ayuntamiento por medio, ni al pueblo, ni mucho menos a la prensa".