La llegada de los níscalos vuelve a sembrar la polémica y comienzan las primeras quejas de las autoridades, agentes y recolectores, sobre las muy malas prácticas que dejan los pinares "como si hubiera pasado una manada de jabalíes" poniendo en serio y grave peligro el propio ecosistema alistano y uno de sus recursos a preservar: las setas. La practica totalidad de los recolectores alistanos predican con el buen ejemplo, utilizando la cesta de mimbre y la navaja portuguesa; algunos locales y foráneos no.

La normativa es muy clara: las setas deberán de trasladarse por el monte en cestas de mimbre (las tradicionales alistanas), de paja o de caña que permitan la dispersión de las exporas. Está prohibido usar cubos y bolsas de plástico pues no permiten ni la aireación ni la caída al exterior de exporas.

A la hora de recoger los preciados níscalos en los pinares está totalmente prohibido remover su suelo o la capa de mantillo ya sea a mano o con herramientas: esta prohibido usar hoces, rastrillos, escardillos o azadas. Para cortar si se pueden utilizar navajas, cuchillos o tijeras.Por garantías y seguridad de salud pública está prohibido la recolección de las setas nacidas en las franjas de dominio público como carreteras o el área de servidumbre de las vías del ferrocarril que en el caso de Tábara y Aliste cruza la Sierra de la Culebra. Así mismo esta prohibido arrancar especies no recolectables o destruir intencionadamente cualquier seta.