La escuela de Moreruela de Tábara, impulsada por la Fundación Sierra Pambley, y su trayectoria desde 1897 hasta 1970 argumenta el nuevo trabajo publicado por Francisco Trancón Pérez. Maestro, doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación e inspector de Educación ya jubilado, el autor ha investigado durante años la ingente labor educativa promovida por la Fundación Sierra Pambley, que en la provincia de Zamora dejó su huella en la escuela de Moreruela de Tábara, congregando en sus aulas a niñas y niños de este pueblo, Santa Eulalia, Faramontanos y Pozuelo.

"La escuela de Moreruela de Tábara, a través de sus 73 años de larga andadura, llenó su interesante biografía de alegrías y quebrantos; pero nunca abdicó de la misión encomendada en favor de la cultura, dedicando su actividad educadora a inculcar hábitos de convivencia, trabajo, solidaridad, a los escolares" describe el autor de un interesante trabajo que comienza desgranando la figura de Francisco Fernández Blanco Sierra Pambley. Don Paco, nacido en Villablino (León) en 1827 y fallecido en Madrid en 1915, republicano, ilustrado y librepensador, el "gran patricio" como le llegó a calificar algún medio leonés a principios del siglo pasado, dedicó su vida a los desamparados, los inválidos y el culto a la enseñanza. Y con ese espíritu surgió la Fundación Sierra Pambley, creada en 1887 por Francisco Giner de los Ríos con los principios de la Institución Libre de Enseñanza. "Tuvo su origen en la reunión mantenida en Villablino (León), en el invierno de 1885, entre don Francisco Fernández Blanco y Sierra-Pambley con Gumersindo Azcárate, Francisco Giner de los Ríos y Bartolomé Cossío" describe Francisco Trancón en su libro.

El nacimiento de la escuela de Moreruela de Tábara "se debe a que don Paco heredó de sus abuelos las dehesas de Requejo y Quintanilla, que habían sido expropiadas a los Cistercienses y Jerónimos en 1842 con motivo de la desamortización". Francisco Trancón detalla el proceso de construcción del centro educativo, presupuestado en 16.074,07 pesetas, así como la profusa correspondencia entre don Paco y José Soler, responsable de la obra. Le cuenta cómo se ha "contratado a canteros gallegos para crear estímulos con los del país", que la construcción de los muros se hace "con piedra brava de la Sierra de la Culebra, ya que resiste muy bien el salitreo de los cimientos", cómo "el obispo negó permiso a los mamposteros para trabajar los domingos" o "el jornal del guarda es de 8 reales como trabajador y 2 por dormir en la obra al servicio de la noche" confía el constructor al mecenas.

Gastos de viajes, de material, la obra, los sueldos o las observaciones técnicas sobre la situación de la escuela "en un lugar ventilado, cerca de la población, poco ruidoso, alejado del cementerio", la orientación "mirando hacia el levante", los patios de recreo con "al menos dos metros de superficie por cada alumno", aulas "espaciosas" o la higiene preventiva demuestran el celo del fundador de Sierra Pambley sobre las necesarias condiciones que debía reunir la escuela de aquella época.

El trabajo de Francisco Trancón depara también en el profesorado de la escuela de Moreruela de Tábara, con Leonardo Quirós como primer maestro aunque fugaz por su "conducta dudosa", por lo que sería reemplazado por Segundo Álvarez, con acreditada "preparación pedagógica, cualidades humanas y dotes organizativas". Después tomaría las riendas Vicente Álvarez, hermano del anterior, durante 19 años, viviendo episodios como la epidemia de gripe de 1918 que obligó al cierre temporal de la escuela, que se llevó por delante a 60 personas, entre ellos dos alumnos. El libro detalla las denuncias formuladas contra este maestro expulsado del Patronato, "no por falta de talento pedagógico, pues fue, como el resto de sus compañeros, un excelente profesional".

Constantino Álvarez y Amadeo Puente completarían el cuadro de maestros en Moreruela hasta 1936, cuando la represión en la enseñanza y la cultura llevó a la disolución del Patronato que pasó a ser administrado por el Obispado de Zamora. Relata Trancón el devenir de Amadeo Puente, quien apartado de la docencia "por haber ejercido en la Institución Sierra Pambley", se colocó de contable en una fábrica de harinas e hidroeléctrica en Aspariegos.

La investigación de Francisco Trancón recopila las promociones de alumnos desde la fundación de la escuela hasta la promoción de 1935-36, con un total de 383 escolares, niños y niñas, y aulas con una media de 25 alumnos en un arco desde los 35 del curso 1928-1929 a los 12 que estudiaron en 1919, el año después de la mortífera epidemia de gripe. Un trabajo laborioso que se extiende también de 1939 hasta 1966, cuando se registraron 382 matrículas en la escuela de Moreruela de Tábara, con una media anual de 23 alumnos.

Durante la etapa posterior a la Guerra Civil y el apogeo del franquismo el centro tendría a Felicísimo González del Campillo como maestro, desde 1941 a 1970, desempeñando una "labor meritoria" que sus alumnos recordaron con una placa conmemorativa en el año 2002. A él se deben iniciativas como los premios finales de curso "para solucionar el problema de la baja matrícula". Ya en una carta del maestro al presidente de la Fundación en 1949 le manifiesta su preocupación por el escaso número de alumnos que acudieron al examen de ingreso. Con un carácter bastante visionario don Felicísimo piensa que una de las causas es "la exigua población en edad escolar de estos pueblos de escaso vecindario y las malas comunicaciones con la escuela por caminos muertos, que en invierno están intransitables".

El trabajo de Francisco Trancón profundiza también en el análisis de las dehesas, destacando la "importante labor que realizó el profesorado participando activamente en el control, información o gestión de los terrenos del Patronato en Requejo y Quintanilla".

Y finaliza en el año 1970, cuando el Consejo Escolar decide transformar el centro en "escuela de Patronato, lo que implica que los docentes tienen que pertenecer al escalafón de magisterio, siendo el Estado quien les abona el sueldo". La escuela de Moreruela se integra en la red estatal.