La localidad de Robleda acogió ayer por primera vez un taller de introducción en la cultura de la sidra. Unas 50 personas llegadas desde municipios como Puebla, Sotillo, Limianos, Asturianos y la propia Robleda asistieron a esta jornada teórica y práctica organizada por la Asociación de Jubilados de Robleda y Cryosanabria.

Antes de remangarse para elaborar la bebida, los participantes pudieron ampliar sus conocimientos sobre las variedades de manzana que se han utilizado a lo largo de la historia de la comarca para hacer sidra. Morro de liebre, Verde doncella, Camuesas, Sotillas, Repinaldo o Calostras son aquellas variedades antiguas que o bien se han extinguido en los campos de Sanabria o corren riesgo de desaparecer. Por el contrario, las coloradas de sidra (ácidas) y las normandas (dulces) fueron introducidas por la Liga de Ganaderos y Agricultores durante la II República y son las que ayer se emplearon para producir las primeras sidras de la temporada en Robleda.

Una vez establecida la base teórica, asistentes y organizadores pasaron a la acción. Primero tocaba picar las manzanas y posteriormente se prensaron en la prensa tradicional para conseguir unos 150 litros de sidra. Una de las enseñanzas que más interés despertó entre los asistentes fue la medición de la densidad del mosto para controlar la fermentación, dividida entre la transformación alcohólica y la maloláctica.

Como acompañamiento de la sidra, los asistentes pudieron degustar mermeladas de frutos del bosque, obra de los jóvenes del obrador Comefrutos.