Villardeciervos es una de las localidades de la Culebra que celebran un magosto, pero aquí lo hacen gracias a los niños del pueblo, y a sus padres, que ayudan a los pequeños a asar las castañas preocupándose de que nadie "juegue" con el fuego.

Una vez calientes los frutos, los pequeños los colocan en cucuruchos de papel que ofrecen por el pueblo a lo largo de la noche al precio de un euro. La noche del sábado acompañaba y las ventas fueron todo un éxito. No solo los vecinos salieron a la calle atraídos por la algarabía y el característico olor a castaña asada a la lumbre, sino también los turistas que pasaban el puente en la villa, que tampoco quisieron desperdiciar la oportunidad de comprar unos cucuruchos.

La mayoría de las castañas utilizadas habían sido donadas por los vecinos del pueblo, por lo que el dinero recaudado lo disfrutarán los niños, alumnos del colegio de Villardeciervos.

El calor de la lumbre fue un buen lugar de reunión para compartir todo tipo de historias en una noche apacible.