El desanimo se apodera de los propietarios de castaños en Aliste donde en los últimos años se ha afrontado grandes repoblaciones. A lo largo del verano y comienzos del otoño raro es el castañar donde no hay algún árbol muerto. Las fuertes lluvias de la primavera y la intensa sequía del verano han contribuido según los expertos a que la "tinta" se cebe con un árbol que tiene a su otro gran enemigo en el Chancro y el temor a que aparezca la Avispilla del Castaño que en la vecina comunida de Galicia este año ya ha mermado el 30% la producción. Se aventura un futuro incierto y complicado para los castaños.