El encierro campero convirtió ayer a la localidad de El Pego en uno de los atractivos de la provincia. Hasta allí se desplazaron caballistas y aficionados, en vehículos y a pie, en torno al paraje de La Vega, debajo de la alameda, donde se soltaron tres toros consecutivamente. Como es tradición en el festejo de este municipio de La Guareña, los astados iban saliendo al campo abierto de uno e uno, encerrando al primero cuando ya presentaba muestras de cansancio para dar paso al segundo y así hasta la salida del tercero.

Fue un encierro sin incidentes, entretenido, aunque con los lógicos momentos de tensión propiciados por la bravura natural de los animales. Mientras el público observaba el encierro desde una distancia prudencial, los caballistas cortaban a los toros, que protagonizaron arrancadas interesantes con momentos de emoción.

Coches, tractores y remolques servían como atalaya desde donde disfrutar del encierro campero que comenzó con una mañana fresca que fue mejorando a medida que llegaba el mediodía.

Las fiestas de El Pego, en honor de Nuestra Señora de la Tramposa se han desarrollado a lo largo de los últimos cuatro días con normalidad y gran participación de público, con la excepción del concurso de cortes de la madrugada del sábado al domingo que tuvo que suspenderse debido a la lluvia.

Aunque finalmente el chaparrón fue pasajero, la coincidencia del agua con los prolegómenos y el inicio de los cortes llevó a los responsables municipales y de la organización a decidir la suspensión del festejo y su aplazamiento, inicialmente hasta el sábado, 13 de octubre, coincidiendo con el puente del Pilar.