Formariz es un pueblo en plena renovación urbanística desde hace años, donde no se han escatimado las inversiones municipales. Ahora mismo está a punto de concluir la adecuación de la calle principal con una inversión que se acerca a los 200.000 euros y que se lleva adelante no sin enfrentamientos con algún que otro vecino, como Manuel Alejo, que ha llevado el caso al Juzgado de lo Contencioso porque, según afirma, le han despojado del jardín "con manzanos" que tenía delante de casa "desde hace setenta años".

El concejal y alcalde pedaneo Teófilo Moralejo califica la mejora urbanística de "muy interesante", y defiende la actuación por su repercusión para la localidad. "En un mes estará todo terminado. Ha habido que levantar la piedra porque nuestro granito se llena de hierba y da mucho trabajo. Hemos aprobado la obra con la idea de mejorar una calle que hay que levantar y meter el alcantarillado, y aprovechamos para soterrar la luz" señala el gran artífice de todas las modernizaciones públicas impulsadas en Formariz.

La intervención está a punto de concluir, pero está a expensas de la resolución del Contencioso porque el vecino Manuel Alejo ha denunciado la pavimentación de un jardín "de 80 metros cuadrados" que han cogido sin expropiación ni atender a las alegaciones. "Lo tiró todo y a poner baldosas" expresa Alejo, que ha invertido una importante suma de dinero en acondicionar la casa, de piedra típica, y en una de cuyas ventanas ha colgado el cartel de "se vende". Además, recalca que iniciaron las obras antes de esperar a la resolución judicial para evitar un posible paralización cautelar de las obras.

Teófilo Moralejo manifiesta que, en principio, " el vecino ofreció al Ayuntamiento que podía contar con ello sin ningún problema. Y tiene que pensar que incluso le dije lo que iba a ir por delante de la fachada porque es parte de la calle". Moralejo apunta que "es un terreno que se ha quitado porque está en la vía, es propiedad del Ayuntamiento, es dominio público y no tiene prescripción". El vecino afectado subraya que dispone "de un plano histórico" e incluso de fotografías que dejan claro que es un jardín particular.

A pesar de la familiaridad que les une, ambos mantienen un enfrentamiento acrecentado por las cuestiones urbanísticas y ya conocen los fallos judiciales. Manuel Alejo gestiona dos residencias de la tercera edad en Valladolid y hasta presentó ofertas por hacerse con la gestión de Villar del Buey pero, según refiere, "al ver la situación" perdió el interés. "Hoy los paganos son otros" dice.

Queda pendiente otra obra de calado en el urbanismo de Formariz: la conversión del viejo cementerio en una plaza. Es una idea que ronda desde hace años y que tiene tras de sí algunas reuniones. "Se habló de la necesidad de quitarlo porque lleva 17 años sin usarse, la iglesia no lo limpia y la pared está un poco insegura" manifiesta Moralejo, que no escatima críticas hacia la Diócesis porque "se ha mandado escritos con todo tipo de detalles y no contesta nadie". "Por qué se porta de esa manera con nosotros? Se pregunta. "Se ha vuelto a cae otro trozo de cornisa en el presbiterio y nosotros hemos gastado millones en arreglar tejado, poner calefacción?" dice. Sobre el viejo cementerio -Formariz cuenta con uno nuevo- señala que es lo que había antiguamente en la dehesa, y fue cedido por los colonos cuando compraron la dehesa en 1912 para enterrar a los muertos. Señala que la iglesia vendió sepulturas ni poder hacerlo porque es un bien de dominio público y la Iglesia no tiene hecha la propiedad como tiene que ser".

"Yo no quiero que mi pueblo no se muera. Me da pena y horrores que se muera y quiero mantenerlo" asegura el que fuera secretario durante muchos años del Ayuntamiento de Villar del Buey, y que, afirma, "sigo trabajando con todas mis fuerzas". La retirada y traslado de los huesos de los fallecidos del viejo cementerio es una cuestión a la que se oponen algunos vecinos. Alejo señala que se están recogiendo firmas en contra, pero Moralejo no tiene constancia de esta operación. "La última mujer fue enterrada hace 17 años. No quedan ni restos" dice.