El primer encierro taurino organizado en Guarrate con motivo de las fiestas de San Antonio de Padua cumplió las expectativas. Más de un centenar de caballistas se dieron cita en la pradera en una mañana muy calurosa, pero también vibrante por el buen juego de los astados, en opinión del aficionado Juan Pascual.

Solo un susto rompió una jornada emocionante, cuando un toro clavó el cuerno en la verija a un caballo provocándole un importante desgarro. El incidente no tuvo consecuencias para el jinete, del vallisoletano pueblo de Pedrajas de San Esteban, pero la cornada obligó a abandonar la pradera con el caballo herido y atendido de urgencia en el propio pueblo.

La arremetida contra el caballo fue una muestra de la bravura de los toros que se soltaron en el campo, especialmente el primero, junto a una manada de bueyes, que subieron varias veces hacia el público provocando la algarabía de los aficionados. La estampa de los toros y cabestros corriendo entre la caballería al encuentro de los aficionados respondió a las expectativas de un público que no dejaba de jalear los movimientos de los animales por la pradera.

Hubo también momentos más serenos, cuando los astados se acercaron al arroyo en busca de frescura y agua. Por más que los caballos lo intentaban, estuvieron un rato entre el verdor hasta que volvieron a las carreras y finalmente los toros terminaron entrando en el pueblo conducidos por el tropel de jinetes.

La fiesta continuó con el encierro por las calles, aunque a medida que pasaba el tiempo el calor apretaba y el público buscaba refugio en las bodegas.

Los actos en honor a San Antonio habían comenzado la tarde del viernes con la procesión del patrón, el desfile de peñas y el pregón. Después vinieron los toros, primero la subida de un astado desde la pradera hasta la plaza que provocó muy buenos momentos y resultó muy entretenido por su bravura. No se pudo decir lo mismo de la suelta de un toro de cajón, pues "si sube solo el cajón hubiera sido lo mismo" en opinión del aficionado guarratino, Juan Pascual.

Con esa excepción el resto de los festejos gustaron y dejaron un buen sabor de boca para el nuevo plato fuerte de esta mañana, cuando tiene lugar el segundo espante por la pradera. La noche ha sido larga, con el concurso de cortes y baile hasta altas horas de la madrugada.