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Reconocimiento especial a Luis Miguel Rodríguez, cofundador de Adata

Autoridades y feligreses de las Unidades de Acción Pastoral de Alcañices y Nuez reconocían ayer la labor evangélica, social, cultural y humana de los sacerdotes que han ido pasando por sus pueblos a los largo de los últimos años. Luis Miguel Rodríguez Herrero, actual Vicario Episcopal para el clero es el que más huella dejó en Aliste, primero en Figueruela de Arriba y luego en Alcañices. "El cura de la eterna sonrisa", amable, abierto y cercano, fue uno de los fundadores del grupo de acción local Adata en 1995 y de la romería de la Fátima en Villarino Manzanas y Petisqueira en 1985. Fue presidente de Aulas de Música de Aliste y Tras Os Montes, arcipreste de Aliste y primer jefe del campamento arciprestal. Por Alcañices, tras el pasaron otros curas como fue el caso de Mariano Pérez Diego, Ángel Carretero Martín, Pedro Rosón Jiménez, Francisco Ortega Vicente y Héctor Galán Calvo. En Alcañices estuvo José Casas de la Vega, de Aspariegos, del Instituto Español de Misiones Extranjeras que desarrolló su labor misionera desde 1981 hasta fallecer en 2014 en Mozambique (fue enterrado en Maputo). Entre 2003 y en 2005 regreso a España y fue cura de Alcañices, Alcorcillo, Arcillera, Cedea, Grisuela, Lober, Matellanes, Moveros, Rabanales, Santa Ana, Tolilla, Ufones y Villarino.

En la parroquia de Nuez el último cura residente fue Francisco Ortega Vicente (ahora en Morales de Toro) y antes de él estuvo Leovigildo Liedo Salvador. En Sejas de Aliste el ultimo cura fue Pablo Cisneros Cisneros que, nacido en Grisuela y actual cura de Fornillos, es el único cura de la tierra que se mantendrá en Aliste a partir del 1 de septiembre. Él fue uno de los creadores de la cooperativa Textil "La Rueca" de Alcañices junto a Luis Miguel Rodríguez Herrero.

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