Más de 600 personas participaron ayer en el II Encuentro de Municipios de la Asociación Comunidad Viva, Castilla y León, organizado por el Ayuntamiento de Lubián, con la presencia de autoridades municipales y provinciales y vecinos del municipio sanabrés y de las zonas más periféricas de la autonomía, desde Mansilla Mayor (León), pasando por Rágama (Salamanca), San Miguel del Pino (Valladolid), Villaherreros (Palencia), Canicosa de la Sierra (Burgos), Molinos de Duero (Soria), Sebúlcor (Segovia), hasta El Oso en Ávila.

La jornada se vivió con toda la animación y esplendor de un día grande y completo de romería de la Virgen de las Nieves, la Tuíza, pero en plena primavera. Mercado de productos, música, almuerzo popular, visita al templo de San Mamés y excursiones concurridas a los principales atractivos del municipio como el Bien de Interés Cultural "Castro de As Muradellas" y el Cortello del Lobo o el molino del Tío Juan a orillas del río Tuela. Poco después de las doce del día comenzaron a llegar los diferentes grupos desde las nueve provincias de Castilla y León. El alcalde, Felipe Lubián Lubián, dio la bienvenida con un "este también es vuestro pueblo" dirigido a los visitantes para, a continuación, explicar la orografía del valle entre Padornelo y La Canda, con cinco pueblo donde viven 320 habitantes. Tierra de emigrantes, de lengua gallega, de camino Mozárabe a Santiago cuando el Camino Francés aún no existía, paso de peregrinos en una tierra poco productiva.

La frontera con Portugal marcó un capítulo puntual con el incendio del barrio de As Queimadiñas, a manos de las tropas portuguesas, en 1643 en la guerra de Independencia de Portugal, en datos recogidos por el historiador y senador José Ignacio Martín Benito. Lubián marcó las singularidades de esta comunidad con puntos donde se habla gallego (Alta Sanabria y El Bierzo) pero también Vasco o se produce chacolí. En definitiva una gran variedad cultural para el turismo porque "turismo no es solo ira a la playa, es conocer nuestros pueblos", subrayó el alcalde.

Tras la bienvenida, la Banda de Gaitas de As Portelas, con traje de buena faena comenzó un pasacalles que culminó en el Mercado de Artesanos con una selección de productos desde el textil, el vidrio, la forja, la madera, los quesos y las mieles que se producen en el propio Lubián. A los pies de la plaza de la Fontarvella y al son de muñeira, Rianxeira y el Mandil de Carolina, el público se sumergió en la música popular. Tras el recital, el pasacalles se trasladó a la Plaza de la Horta Do Cura, donde el grupo de Danzas Doña Urraca de Zamora completó el repertorio de las músicas y bailes de la provincia, desde Tierra del Pan, pasando por Aliste, Sayago y un impecable Bolero de Algodre, para repasar una jota de Pedrazales y San Martín. Entre baile y baile, en pequeños grupos, los visitantes conocieron el interior de la iglesia de San Mamés, reformada en profundidad en 2013.

Con tanto desgaste, el tentempié fue mayúsculo como en día de romería con 380 kilos de ternera asada a fuego lento, al estilo "burduntzi" por el cocinero vasco, Karlos Ibarrondo de Elorrio (Vizcaya). Pulpo a feria y empanadas de Lubián sirvieron para prepararse para la tarde.

Los peregrinos, sorprendidos por el festejo, también fueron invitados a la mesa comunitaria, como el caso de un caminante Japonés que fotografiaba, sorprendido, tanto comensal en la carpa, un equipamiento que no falta por la lluvia que, oportuna siempre, también se invitó al banquete. Para rebajar calorías a lo largo de la tarde, los visitantes más salerosos se marcaron una caminata hasta el castro prerrománico de As Muradellas, partiendo desde el recinto de la Tuiza.

Y para resumir el día, nada mejor que una conversación telefónica ajena desde A Hora Do Cura: "Estoy en un pueblo de Zamora donde hay una fiesta muy grande ¿No oyes la música?" con acento avileño o segoviano.