La fuerte y continua sequía, apenas ha llovido nada a lo largo del verano, está causando estragos en los castañares alistanos y los productores temen que este año tenga lugar una de las peores cosechas del siglo XXI. Se está adelantando la caída de las bravas y los "pellizos" tienen a tres, lo cual supone que son mucho más pequeñas. Se espera una menor producción, lo cual puede traer consigo que los precios coticen al alza, algo que beneficiaría a los productores y recolectores de la zona.