La sequía se prolonga tierra adentro y alcanza de lleno a Sanabria-Carballeda, con ríos que corren con caudales mínimos. Los ganaderos acumulan más de dos meses de sequía por la falta de lluvia y por la falta de infraestructuras para dar de beber al ganado, y de la que se resiente hasta la fauna.

El representante de Unión de Pequeños Agricultores de Sanabria y Carballeda, Pedro Fernández afirmó ayer que "la cosa está muy mal porque no hay agua ya que el 80% de los manantiales se han secado". Fernández apuntó además que en la comarca de Sanabria, la más húmeda de la provincia "carecemos precisamente de lo que nos sobra, agua. Almacenamos agua para los de abajo y nosotros nos quedamos a verlas venir. A ver si la Cuenca Hidrográfica deja de preocuparse solo del estado de los embalses y se pone a hacer infraestructuras en la sierra para los que vivimos aquí". En el caso de las explotaciones de la zona den Cobreros están llevando agua con cuba cada dos o tres días para el ganado en el monte, ya que arroyos principales están secos y solo quedan pequeñas pozas donde animales domésticos y animales salvajes pueden beber.

Para el abastecimiento humano el caudal se va manteniendo porque el consumo ha descendido de manera notable por el descenso de población en los pueblos tras el verano. "No hay fuentes, ni pozos ni manantiales. El 80% de las fuentes de agua se han secado y ahora dependemos de las reservas que pueda haber en los acuíferos subterráneos, que también deben estar en mínimos".

Los problemas de sequía comenzaron en junio, cuando los arroyos bajaron significativamente de su caudal. La escasez de precipitaciones de nieve del invierno en la sierra y la falta de lluvias, sumado a un verano con temperaturas más altas y sin lluvias significativas en el mes de agosto y septiembre han complicado la situación de la ganadería extensiva. "Ha sido un año que hace buenos los siete años de escasez".

Rosa González, que atiende una explotación en Santa Colomba de Sanabria, ha sorteado la situación "porque tenemos mucho término y bajamos agua en bañeras, pero hay gente que lo está pasando mal en la zona de Carballeda". Carlos Lozano es uno de los ganaderos de Gramedo que utiliza el agua sobrante del depósito de abastecimiento para la explotación mediante bidones de 1.000 litros y 14 rollos de manguera. Los arroyos de Dornillas, Espadañedo y Gramedo están secos, solo se salva el río Negro que, al llevar algo más de caudal, deja pozos donde beben los animales.