El Instituto Nacional de Toxicología determinó mediante un estudio del perfil de ADN que los restos óseos hallados en la presa de Ricobayo por dos pescadores el pasado mes de marzo corresponden al de una persona que desapareció el 5 de febrero de 2001. La Guardia Civil tuvo conocimiento en esa fecha de la desaparición y emprendió la búsqueda con varias unidades. Los intentos por hallar a la persona desaparecida se prolongaron durante tres días, aunque las inclemencias climáticas obligaron a paralizarlos y retomarlos unos días después, con "cotas de visibilidad cero y la temperatura del agua en cuatro grados" según fuentes de la Comandancia.

Se hicieron rastreos aguas debajo de la presa, reconocimientos del embalse a finales de 2014, sin hallar ningún rastro de la persona desaparecida. El pasado día 5 de marzo, unos pescadores encontraron una zapatilla con un calcetín en su interior y, dentro de este, restos óseos.