El agua del Lago de Sanabria está a 24 grados centígrados, cuatro por encima de lo deseable en esta época del año, según las últimas mediciones realizadas por el Laboratorio Limnológico del Parque Natural hace escasos días, algo que se debe al adelantamiento del verano y, en última instancia, al cambio del clima provocado por el calentamiento global. "Los expertos coinciden en que el cambio climático se está traduciendo en un crecimiento del verano por el mes de junio, de tal manera que cada año el verano se adelanta un día, algo parecido ocurre con la primavera, y eso se refleja en el Lago", explica José Carlos Vega Ureta, responsable del laboratorio.

De hecho los datos recogidos por Vega Ureta y su equipo reflejan que la temperatura del agua es tres grados superior a lo habitual desde el mes de marzo, algo que viene sucediendo desde hace varios años "y seguirá ocurriendo, aunque pueda venir un año más frío, sería la excepción", advierte el biólogo. Las últimas olas de calor incrementaron esa diferencia de tres grados hasta los cuatro, alcanzando la inusual temperatura de 24 grados centígrados en un mes de junio en el que el Lago no debería superar la barrera de los 20, y previsiblemente seguirá creciendo en lo que queda de junio y durante todo el mes de julio.

El incremento de la temperatura del Lago glaciar es tan grande que no se necesita un termómetro para detectarlo. El calor del agua no pasaba desapercibido para los bañistas que el pasado fin de semana se refugiaban de la ola de calor en sus playas y comentaban que el agua estaba "más caliente que nunca", y hasta los más frioleros se atrevían a pasar la tarde en remojo. Vega Ureta lleva más de 30 años estudiando el Lago de Sanabria y corrobora que en la década de los 90 "el agua del Lago solía alcanzar su temperatura máxima entre 15 de julio y el 15 de agosto, y esta era de unos 21 grados centígrados", tres por debajo de la temperatura que se ha alcanzado ya a mediados de junio. "El cambio climático está aquí y ya empezamos a notarlo", sentencia el científico.

Estos drásticos cambios en el clima "afectan al ecosistema y cambiarán el aspecto del Lago y de su entorno, pero todavía no sabemos cómo", manifiesta. La modificación del clima no solo trae más calor, sino que también "está cambiando el régimen hídrico", avisa el experto, "los embalses ya no se congelan en invierno, llueve y nieva menos, se evapora más agua" y eso provoca que el agua del lago se renueve con más lentitud y la contaminación se acumule.

Este conjunto de transformaciones "inevitablemente hace que todo el ecosistema se resienta, la flora, la fauna, el paisaje... está cambiando todo, como los ciclos migratorios y de cría de las aves", un fenómeno que no solo es exclusivo de Sanabria, sino que se nota en todo el planeta a escala global.

El crecimiento exponencial de gases como el dióxido de carbono o el óxido de nitrógeno desde que la humanidad comenzó a quemar combustibles fósiles con el inicio de la revolución industrial, unidos a la emisión de otros artificiales como los CFC han ido provocando un aumento de la temperatura media del planeta cuyos efectos sobre el clima y la naturaleza ya son palpables a comienzos del siglo XXI. El mayor de los síntomas es, según los expertos, el derretimiento de los polos que provoca cambios en la salinidad de los océanos, en las corrientes marinas y en los ciclos de precipitaciones a escala global, y que en el futuro podría inundar algunas de las zonas más pobladas del planeta. Pero los efectos del calentamiento global también se notan en zonas de montaña como es Sanabria, y en su joya ecológica, el mayor lago de origen glacial de la península Ibérica. Lejos de corregir la situación, los expertos prevén que la temperatura media del planeta se incremente a un ritmo mayor en las próximas décadas.