Adata pone de manifiesto que "Nadie duda ya que la agricultura ecológica es una actividad productiva consolidada que cubre un importante nicho de mercado y responde las expectativas de un considerable sector de consumidores. Los aspectos relacionados con la calidad y seguridad alimentaria y aquello que tiene que ver con el profundo respeto medioambiental de los sistemas productivos calan cada vez con mayor profundidad en la sociedad y contribuyen, sin lugar a dudas al crecimiento del sector". Y se incide: "La necesidad de abrir puertas a nuevas opciones de gestión agrícola más acorde con los objetivos de sustentabilidad, dejando a un lado el paradigma de intensificación, mantienen abierto un profundo e interesante debate. La cuestión central es lograr otros enfoques para fomentar la sustentabilidad de la producción agraria, la conservación de los recursos naturales y el desarrollo rural".