La montería de jabalíes organizada el sábado en la dehesa de Soguino, en Peñausende, reunió en la Junta de Carnes dispuesta al final de la jornada una tendalera de 51 verracos, confirmándose así como la cacería con más garantías de éxito en la provincia de Zamora, año tras año.

La clave de tan satisfactorios resultados está en la gestión cinegética realizada en el territorio, donde se estila un cuidado esmerado para que las reses salvajes lo habiten con querencia y saludablemente, pues no se organiza "caza alguna de mayor o menor durante todo el año". No obstante, en esta ocasión ninguno de los animales perforados sorprendió por lo extraordinario de su boca.

Fue una montería social ofrecida por la propiedad de la Finca de Soguino y en la que tomaron parte unos noventa cazadores llegados de muy diferentes provincias y comunidades del país. Zamoranas, castellanoleoneses, asturianos, catalanes, madrileños y de otros puntos eligen Soginos por las garantías que ofrece. "Lleva 25 años" destacando como la montería más importante de Zamora. El año pasado el resultado fueron 76 jabalíes y la anterior campaña 63.

Setecientos perros

La jornada comenzó a las 9.00 horas con el encuentro y el sorteo de los puestos, seguido por los protagonistas como el que juega a la lotería porque no todos los asientos en suerte gozan de la misma atracción. Hacia las 11.00 el colectivo partió para la colocación de las armadas y de las traviesas diseñadas en el campo montero, con una superficie de más de 1.700 hectáreas, y, a las 12.00 horas, se dieron suelta a una riada de 700 perros, pertenecientes a 25 rehalas. El día se mostró soleado y "espectacular", pero el frío reinante puso a prueba una vez más que la caza exige una disposición firme y sobreponerse a unas circunstancias que solo las vence la pasión y las emociones que despiertan los disparos propios e incluso ajenos.

No fue una correría de perros que en esta ocasión se las vieran con jabalíes cainitas a tenor de que no se registraron canes muertos o malheridos, aunque algunos perdieran el norte y fuera preciso buscarlos para ponerlos a buen recaudo en sus respectivas rehalas.

Hacia las 16.00 horas se dio por finalizada la montería y se procedió al ordenado desmantelamiento de puestos, a la recogida de animales abatidos, al pisteo de los heridos para su posible cobranza y a la recuperación de las jaurías, formadas por perros de ladra y amarre de toda veta. Fue hacia las 20 horas, con el crepúsculo más que cerrado cuando se comprobaron los resultados en la Junta de Carne, con una escena de 51 guarros.

No hubo incidentes que reseñar. La comida y la cena tuvieron lugar en el restaurante La Becera, en Peñausende. Fue una comida a base de fabada, seguida de pollo de corral que los cazadores degustaron con apetito y deseo y que permitió dar cuenta de los lances y desarrollos monteros.

Esta montería tiene la particularidad de su carácter social "y no comercial", en la que los participantes abonan los gastos de las rehalas y otros consumos en un ambiente de gran hermanamiento.

Los organizadores quisieron ayer mostrar su apoyo a la guardería medioambiental por su cumplimiento profesional, máxime tras conocer el trágico suceso de Aspas, en Lleida, con la muerte de dos agentes rurales por disparos de un cazador.

Alfred Hunters recordó otras monterías que han dejado en saldo interesante, como la organizada en Muela del Pan el pasado 7 de enero, con 24 cochinos logrados, y la organizada el 8 de enero en la finca El Cubeto, de Cubo del Vino, con 26 guarros. Las monterías al jabalí aún tienen por delante interesantes fechas en diferentes escenarios cinegéticos de la provincia de Zamora.