El agua embalsada en la provincia de Zamora se encuentra al 36% de la capacidad total, 17 puntos menos que hace un año y 18 por debajo de la media de la última década, durante la cual el llenado de los embalses zamoranos ha tenido un promedio de 961 hectómetros cúbicos y en la actualidad almacenan 657 hectómetros cúbicos.

La escasez de precipitaciones en otoño y la primera etapa del invierno tiene su repercusión en los embalses zamoranos que si el año pasado por estas fechas almacenaban alrededor de mil hectómetros cúbicos, ahora se encuentran en 600.

Los niveles de Zamora se sitúan por debajo de la media nacional, donde el agua embalsada es del 51,09% de la capacidad total, es decir 14 puntos más que en la provincia de Zamora. En el conjunto de Castilla y León están también a la mitad.

En cuanto a los embalses de la Cuenca del Duero que explota Iberdrola, la diferencia es notoria en casos como el de Cernadilla, actualmente al 14,6% de la capacidad total que puede almacenar mientras que hace un año se elevaba al 63%. Menos disparidad se encuentra en Valparaíso, Villalcampo, Castro o Agavanzal, con diferencias en el periodo de un año de uno a cuatro puntos en el nivel de capacidad. En el caso de Ricobayo, el almacenamiento actual es del 25%, la mitad que hace un año por estas mismas fechas.

La escasez de agua embalsada en el pantano de Ricobayo, también llamado del Esla, es visible a lo largo de su extensión por la provincia donde se dejan ver estructuras que normalmente permanecen bajo las aguas, como es el caso del antiguo puente en las inmediaciones de Castrotorafe o los regatos que corren en algunas zonas de cola del embalse.