Una celebración más que centenaria se repitió el pasado domingo en Gema, el pueblo de la Tierra del Vino que conserva en su estado más puro de toda la comarca esta tradición del ofertorio en honor de la Virgen del Rosario. La patrona venerada de antiguo recibió el homenaje de los gemenses y de los numerosos forasteros en una procesión, acompañando por las calles del pueblo la imagen de la Virgen en andas, bellamente decorada, bajo el repicar de las campanas.

Tras la misa mayor, acompañada por los cantos y motetes del coro parroquial, con sus melodías ancestrales de la misa castellana, tuvo lugar la esperada Rifa del Ofertorio, a la que los parroquianos más antiguos siguen llamando "Ofretorio", vocablo con muy profundas raíces del lenguaje popular de esa comarca. El periodista Agustín Remesal, hijo del pueblo y ex corresponsal de RTVE fue el encargado de ordenar esa subasta de roscas siguiendo la tradición ancestral.

Se rifan en Gema cada año en esta celebración 20 roscas colgadas en un estandarte triangular y una tarta ricamente decorada por el mejor arte repostero, que sustituye hoy a la antigua Encomienda, dos grandes piezas cubiertas de confites, en forma de cáliz y corazón. Las pujas generosas de los vecinos contradijeron este año a los malos augurios de la situación política y económica: por primera vez la llamada Encomienda alcanzó un precio superior a los 1.000 cuartillos de trigo, unidad de medida del precio puesto en competición.

Las fiestas del Ofertorio en Gema se completaron por la tarde con una exhibición de campaneros, animada por los mejores artistas de la especialidad en la provincia, con la acostumbrada generosidad de la Asociación del gremio y el entusiasmo de los locales, Vicente Avedillo y Ubaldo García.