Los actos centrales de la festividad de Nuestra Señora de las Nieves, la Virgen de La Tuiza, culminaron ayer con el santuario de la Alta Sanabria abarrotado de fieles, durante la misa concelebrada por el rector del Seminario Mayor de Astorga, Enrique Martínez, y los párrocos de la comarca y jóvenes seminaristas de la Diócesis.

No se podía esperar nada mejor: un día completo, cargado de actos, con numeroso público y marcado por el buen tiempo, tras el paso de una copiosa tormenta nocturna. La explanada del santuario comenzó a cobrar actividad con la llegada a primera hora de la mañana de los puestos que participan en la Feria de Artesanía y Productos que animó el recorrido por el entorno del santuario, mientras el pulpo comenzaba a nadar en aguas calientes. En la muestras participaron artesanos como Carlos Domínguez Gómez de San Cristóbal de Entreviñas que sorprendió a los visitantes con una exposición de manufacturas de hierro dedicada al amplio mundo de los insectos. Las esculturas de arañas, mantis, abejas, mariquitas, etc. todas ellas de gran tamaño, llamaron la atención de los curiosos.

Este manufacturero del hierro comenzó su nuevo trabajo, hace año y medio, tras quedarse en el paro después de trabajar en montaje de hierro y soldadura. La oferta de la muestra colmaba todos los gustos artesanos, desde la cestería, pasando por las manualidades, la madera y la agroalimentación o los aperos de trabajo. Si el pulpo nadaba en agua caliente avanzada la mañana, las dos terneras de la merienda se broceaban, durante todo el día, al calor de las brasas ante la mirada atenta de los visitantes.

A medida que avanzaba el reloj, para llegar a la una de la tarde, la explanada y los aparcamientos se iban poblando de concurrencia hasta colgar el cartel de completo. Con la nave del templo llena, el párroco Jorge Flórez ensalzó la figura de María, la belleza de esta imagen "de la dulzura de una madre" de la Virgen y su hijo, y su equiparación en este año Jubilar de la Misericordia con "el arca, el lugar donde abuelos y padres guardaban lo más valiosos de la casa".

La afluencia fue ayer masiva para un buen día de otoño para poder participar en la romería, que cerca de las dos de la tarde salía del templo, con la imagen de La Tuiza con el Niño en brazos, engalanada de flores y anunciada por los pendones del santuario que abrían la procesión, escoltada por la música de la banda de gaitas de As Portelas.

Los devotos entregaron todo lo que tenía, el himno de las gaitas, los aplausos, las lágrimas lágrimas, en el momento en que la Virgen regresaba triunfal al templo y volvía a su pedestal ante el altar. El templo permaneció abierto para recibir la visita y oraciones de las personas que no pudieron entrar a la misa y se conformaron con seguir el oficio desde el exterior del templo.

Los músicos locales de la banda de As Portelas tributó un concierto al público que asistió al santuario, tras su gira europea.

Mientras llegaba el momento de sentarse a la mesa, o a la orilla del río Tuela para disfrutar de la comida, el público pudo degustar cecina de vaca, como remate al plato de pulpo y a la espera de la degustación de ternera, de merienda cena. Hubo algún vecino que aprovechó la visita a La Tuiza para llenar las botellas de agua de la fuente de manantial que riega la explanada.

En esta ocasión efectivos de Protección Civil de Zamora reforzaron la labor de los agentes de la Guardia Civil para organizar el estacionamiento en los terrenos bajo el viaducto de la autovía y el campo de fútbol, que se llenaron cerca de la una de la tarde.