"Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan". Las palabras de San Pablo retumbaron ayer El Maderal con todo el vigor de quienes defienden la vida en los pueblos, de quienes muestran el "orgullo" de ser y vivir en el medio rural. "Queremos seguir viviendo en nuestros pueblos". Tal era el lema de la celebración del Día del Mundo Rural de la mano de movimientos cristianos, de personas comprometidas que habitan en los pueblos y allí quieren seguir porque "aunque seamos pocos, lo pequeño no significa inútil", y porque "aunque nuestra población esté muy envejecida, tercera edad no significa inactividad".

Y lo demostraron durante una simbólica representación en El Maderal, donde se reunieron zamoranos llegados de varias comarcas en una tarde festiva pero también cargada de contenido, de voces que envían un mensaje de profundo calado: "La articulación actual de la economía ha desplazado a muchas personas del mundo rural, incidiendo gravemente en su despoblación y envejecimiento".

Habrá otra jornada para la reflexión -el 29 de mayo a las 20.00 horas en el Seminario-, pero ayer tocaba fiesta, una tarde de convivencia donde "reivindicar que nuestros pueblos tienen dignidad y unos derechos muchas veces olvidados" apuntan desde el Equipo de Pastoral Rural Misionera que en colaboración con el Movimiento de Jóvenes Rurales Cristiano y el Movimiento Rural Cristiano han organizado ambas actividades.

¿Es necesario celebrar una Día del Mundo Rural? "Sí, porque la vida del pueblo está muy idealizada como lugar de vacaciones y nosotros queremos reivindicar el pueblo no solo como un lugar de ocio sino también como un lugar para vivir. El Día del Mundo Rural es necesario porque los pueblos están debilitados, la población muy envejecida y se hace necesaria una llamada de atención de los que nos quedamos aquí para decir que se puede vivir y hay posibilidades".

El sacerdote Teo Nieto vuelve a ser la voz de los pueblos. Desde su experiencia como cura de 15 parroquias alistanas y vecino de San Juan del Rebollar, este cura comprometido, impulsor del Equipo de Pastoral Rural Misionera, llama a la reflexión de la sociedad desde su "púlpito", a pie de tierra. "A los que pretenden que tiremos la toalla, les recordamos las palabras de Jesús: "Lo que hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, me lo hicisteis a mi"". Era una de las reflexiones que se escucharon durante la lectura del manifiesto del Día del Mundo Rural 2014 por las calles de El Maderal; un acto en tres estaciones con personas de toda edad y condición.

El acto de ayer en la comarca de La Guareña fue un cántico a las bondades del mundo rural, un grito de quienes han elegido el pueblo y así quieren seguir. "Porque vivir no es solo respirar cada mañana sino poder saludar al vecino, al que conoces de siempre y está atento si te ocurre algo. Y esto lo conocemos bien nosotros". Viviendo -expresaron-, sabiendo que vivir "no es solo esperar a que nos vengan las soluciones de arriba sino tomar conciencia de nuestra historia y ser protagonistas".

La tercera estación incidió en las dificultades y desafíos. Ofrecer y pedir. Ofrecer "lo natural frente a lo artificial, lo artesanal frente a lo fabricado, el espacio abierto frente al hormiguero de las ciudades, un estilo de vida que conlleva identidad y calidad de vida". ¿Y qué piden? Una "seria" reordenación del territorio, "teniendo en cuenta las comarcas naturales y geográficas, así como las mancomunidades". Quienes viven en los pueblos levantan también su voz por "unos servicios mínimos de calidad" y por que se aplique "el principio de subsidiariedad; lo que pueda hacer un municipio no ha de hacerlo la comunidad autónoma y todo lo que pueda hacer ésta no lo ha de hacer el Estado".

El paseo concluyó con una merienda de todos los asistentes.