El águila real es otra especie presente en la provincia de Zamora y tenida en cuenta por el Ministerio de Agricultura a la hora de diseñar las medidas para evitar su predación sobre el ganado.

Contra sus ataques la propuesta son los espantapájaros, artilugios que el pastor debe llevar en el morral, además de la merienda, y "en el momento en que detecte que una hembra preñada se aleja del rebaño para parir" de proceder "a hinchar el globo, colgarlo en un árbol o matorral cercano al punto donde se sitúa la cabra y se alejarse del lugar". En el caso del espantapájaros, cuando el pastor detecte que una cabra preñada se aleja del rebaño para parir l"o cuelga en un árbol o matorral cercano al punto donde se sitúa la cabra".

Animales en casa

Los artífices de la idea defienden estos espantapájaros "porque son perdurables en el tiempo". Indican que "al colocarse únicamente en el momento del parto y, secuencialmente, en localizaciones diferentes, permite una disuasión temporal y geográfica del águila, hasta que la hembra y su cría son recogidas por el pastor". Así, expresan, "el águila no se acostumbra al método, puesto que no existe una previsibilidad de aparición del método de disuasión y éste sigue funcionando cada vez que es colocado". También destacan su eficacia "porque al tratarse de un dispositivo de gran tamaño, móvil, de colores vivos y muy llamativo, produce que el águila recele y no se acerque al cabrito recién nacido". Apuntan, asimismo, que este método "ha demostrado una reducción de las capturas de cabritos por el águila real (hasta el100% durante los dos primeros períodos de partos tras el inicio de la utilización del sistema)". Más subrayan la facilidad de uso, "que únicamente requiere colocación en un árbol o matorral del dispositivo espantapájaros, o bien hinchado previo del globo en el caso de los globos hinchables".

Las épocas de riesgo son durante la paridera de primavera (marzo-mayo), y en la paridera de otoño (octubre-noviembre).

José Antonio González señala que Sanabria-Carballeda parece en estos momentos "un continuo carnaval" por la cantidad y diversidad de espantapájaros colocados en fincas, huertos y parcelas. "Los animales llegan a meterse hasta las puertas de casa", señala. "Y todo es porque se acostumbran y los espantapájaros llegan a no hacerles ninguna sensación" dice. "En un principio pueden tomarlo con cautela y precaución, pero rápidamente se acostumbran y cuando divisen un globo irán directos a la presa. Son aves adiestradas para la cetrería y no son tontas".