Las calles y plazas de Monfarracinos se sentían ayer más vivas que nunca pues, a pesar del viento, cientos de personas participaron en un desfile en el que cada grupo competía por exhibir ante el público local su original creatividad, su gracia metiéndose en el papel e incluso su capacidad para hacerse oír y transmitir la alegría carnavalera.

Un total de siete asociaciones culturales de Tierra del Pan, Campos y Zamora participaron en el antruejo de la Federación Espigas. Se echó en falta a la Asociación Villa de Alba de Villalba de la Lampreana, que a última hora no pudo acudir por motivos luctuosos, y que tenían preparada una murga muy irónica sobre el ébola.

Pero el espectáculo debe continuar, como decía Freddy Mercury, y el resto de agrupaciones sacaron a la calle el antruejo más divertido. La más numerosa fue la anfitriona, la asociación "Monterracinos", que recreó varios cómics y cuentos clásicos como la Bella Durmiente, 101 Dálmatas, Alicia en el país de las maravillas o Astérix y Obélix, con una carroza para los galos y otra para Cleopatra, aurigas tiradas por caballos y hasta dos "perritos legionarios".

Cupido y sus flechas

Algunos grupos aprovecharon la coincidencia de la fecha con el día de San Valentín para ponerse románticos vistiéndose de cupidos y corazones, fue el caso de los de Manganeses de la Lampreana y Piedrahita de Castro.

San Cebrián convirtió a Monfarracinos en un verdadero parque de atracciones disfrazándose de montaña rusa, mientras que los de Pajares de la Lampreana pusieron el toque de al egría al vestirse de personajes de circo.

Los miembros de la Asociación Salinas, de Revellinos, sacaron punta a la actualidad llevando hasta Monfarracinos una colección de magistrados y famosos con problemas con la justicia, como Isabel Pantoja, la Infanta Cristina, Messi y hasta el pequeño Nicolás. La actuación de su murga repasó las noticias del último año, por lo que tampoco faltaron las apariciones estelares de Pablo Iglesias y el rey Felipe VI.

También participó una agrupación de Zamora, la Asociación El Portal de San Vicente, que recreó toda una escuela en su carroza, con su profesor, su pizarra, sus pupitres y sus alumnos, mientras que algunos "escolares" más traviesos preferían seguir a la carroza montados en patinete.

Después de casi dos horas de desfile comenzó la actuación de las murgas dentro del salón multiusos de la localidad anfitriona, donde la mayoría de las agrupaciones pusieron el broche de oro al trabajo de sus miembros durante semanas.

Para terminar, más música y una merendola en la que no faltó de nada, mientras que los más jóvenes prolongaron la fiesta hasta la madrugada a ritmo de los temas más modernos.