Los vecinos de Ribadelago continuaban ayer a última hora de la tarde sin abastecimiento domiciliario por una avería en el fluido eléctrico del grupo de bombeo, que impidió ayer resolver el problema, que acarrea el vecindario desde hace con, hoy, su tercer día. Con 77 años, una vecina se quejaba de tener que bajar al río a buscar agua desde la calle central de la localidad. Con dos cubos relataba que no pueden abastecerse de las fuentes del pueblo porque están conectadas a la red general. El agua circulaba pero a cubos por las calles sobre todos para el servicio y el aseo personal. La comida se regó con agua embotellada. En la calle Miño fueron más prácticos porque cargaron dos bidones de 1.000 litros para abastecer a todas las puertas que lo necesitaran.

Los afectados narraban que las condiciones del abastecimiento están en precario porque no es la primera vez que en este mes están en esta situación, aunque otros años han sido más diligentes desde el Ayuntamiento de Galende para solucionar la avería. Al parecer falló el fluido eléctrico de la bomba que se paró y no rellenó el depósito cuando bajó el nivel. El equipo está programado para que cuando se gasta aproximadamente la tercera parte del vaso de capacidad automáticamente se reponga. El vecindario no reparó del fallo eléctrico hasta que el jueves accionaron los grifos y no manaban. Lo que más indigna a los vecinos es que están rodeados de agua y no mana en casa. Una restricción de dos días ininterrumpidos que ha supuesto además de la incomodidad, importantes pérdidas para el sector hostelero en uno de los periodos de mayor afluencia de la época estival. Algunos empresarios plantearon el cierre de sus establecimientos al no poder ofrecer un servicio en condiciones a los clientes.