Los ganaderos españoles temen que la crisis entre Argentina y España por la nacionalización de YPF acaben pagándolas ellos. Así parece porque el anuncio de boicot de la compra de soja argentina ha puesto nerviosos a los fabricantes de piensos que se plantean una nueva subida de precios, lo que sería una catástrofe para el sector pecuario, con determinados subsectores produciendo por debajo de costes desde hace meses.

La situación amenaza con enrarecerse aún más y castigar de manera especial a los productores de carne de vacuno, ya que en la actualidad la Unión Europea negocia con Mercosur, el mercado común del sur de América, las transacciones de carne. Si las negociaciones no cambian, al final habrá «barra libre» para la llegada de productos cárnicos argentinos a Europa, lo que reduciría los precios por encima de un ocho por ciento en los países de la UE.

Los ganaderos se sienten perjudicados a dos bandas y temen que la situación pueda empeorar en los próximos meses, cuando se confirmen las restricciones a la compra de soja y se cierre el acuerdo con Mercosur.

España importa unos 2,5 millones de toneladas al año de soja argentina, unas ventas que se producen sin aranceles gracias a los acuerdos de intercambio. El boicot obligaría a buscar el producto en otros mercados, principalmente en el norteamericano, con materias primas más caras.

Las organizaciones profesionales agrarias de Zamora denuncian que los ganaderos van a volver a ser los paganos de una crisis que ha generado la nacionalización del crudo, que hasta ahora explotaba la petrolera española Repsol.

Argentina se beneficia de determinadas preferencias que incluyen reducciones arancelarias. El país sudamericano producirá este año 44 millones de toneladas. Antes de la crisis de YPF Bruselas ya había comenzado los trámites para excluir a Argentina de los pactos preferenciales a partir de 2014, ya que este país en la actualidad está considerado país emergente.

Para Vicente Calzada, presidente de Asaja Zamora, «el precio de la soja está empezando a subir y eso pronto empezará a notarse en los piensos compuestos; los movimientos especulativos están ahí, y ya sabemos quien va a pagar los vaivenes del mercado; los ganaderos viven una situación muy delicada y un incremento de los gastos de la alimentación se llevaría por delante muchas explotaciones, eso no nos lo podemos permitir».

De la misma opinión es Aurelio González, secretario provincial de UPA, para quien «el sector ganadero no puede pagar una crisis que no ha creado y que, desde luego, no podría aguantar». González asegura que «una vez más se evidencia las contradicciones de los políticos; acuerdan comprar soja argentina, que se pude considerar transgénica y después aquí nos ponen mil trabas para producir».