Belén Alonso

Un ataque de cánidos ha provocado la muerte de 61 ovejas de raza Assaff y ha dejado heridas a más de una docena en una explotación ubicada en la localidad de San Agustín del Pozo.

El propietario de la granja, Manuel Gallego, se encontró con el fatídico espectáculo a las seis de la mañana de ayer cuando, como cada día, iba a ordeñar a las ovejas. «Nada más llegar vimos al caballo bufando y con la cola para arriba, muy inquieto y nada más entrar ya vimos una muerta sangrando. Después ya vimos el resto amontonadas, habían partido las tablas... bueno la de Dios», explicó.

Gallego cuenta con una explotación de 800 ovejas dedicadas a la cría y está cercana al casco urbano. La situación crea un mayor dramatismo al haberse producido el ataque en la nave donde se encuentran las reses preñadas, lo que a la pérdida de las 61 ovejas hay que unir la de los corderos. El ganadero cifraba las pérdidas en 120 euros por cabeza, es decir 7320 euros en total, a los que hay que sumar las posibles pérdidas de las heridas y los abortos que se producirán en otras. En este caso como en otros muchos, el propietario de la explotación cuenta con un seguro, pero «resulta que cuando hemos ido esta mañana me dicen que para el lobo hay que hacer uno a parte». Confirmó que presentará la reclamación ante la Junta de Castilla y León «pero de momento todos los que han venido no se responsabilizan de nada».

Manuel Gallego asegura haber visto lobos en días anteriores «por detrás de la nave» y ante la posible autoría de la matanza asegura que «yo esta mañana no lo he visto, porque si lo veo lo cuelgo, pero si no son ellos, ¿quien?». Destacó que «en mi vida había tenido un ataque a pesar de que si los ha habido en la zona, es más en verano las dejo enfrente en los corrales y tampoco, pero se ve que hoy era mi día».

El ganadero espera a que en el día de hoy la empresa encargada de la retirada de animales muertos recoja las ovejas tras haber sido inspeccionadas por técnicos de la Junta.

Por otro lado, las organizaciones agrarias Upa y Coag que conforman la Alianza por la Unidad del Campos, han vuelto a solicitar el control de estos cánidos en los territorios que no sean «zonas tradicionales», en las que los lobos «no pueden mantenerse de especies salvajes, y ven en la ganadería su sustento».

Por ello, han subrayado que no van a «tolerar» que se extienda el lobo «impunemente tal como pretende la Consejería de Fomento y Medio Ambiente», mas allá del Espacio Natural de la Sierra de La Culebra.

Asimismo, la Alianza por la Unidad del Campo ha exigido una gestión y control «estrictos» en dicho Espacio Natural con indemnizaciones adecuadas a los ganaderos y medidas agroambientales que ayuden a éstos a mejorar las rentas y a afianzar sus explotaciones y su futuro.

«Fundamentalmente exigimos el desalojo total y absoluto del lobo en el resto de la provincia que no es ni debe ser actualmente su hábitat natural, siendo absolutamente incompatible con el desarrollo de la actividad ganadera, tanto del vacuno de carne en extensivo como del ovino-caprino», han añadido.