Fermoselle.- "Corbata" llegó a Fermoselle despreciada de otro pueblo y vagabundeó por la zona alta de la villa de muy mala manera, a batacazo limpio porque no fue bien acogida por determinado vecindario. Su desgracia cambió de lleno cuando Esmeralda Piriz Garrido, sensibilizada por su condición de ganadera de ovino, reparó en el despechado animal y le sacó de la hambruna. «Como le pegaron arriba se echó a merodear unas casas más abajo y comencé a echarlo de comer. ¿Qué otra cosa iba a hacer?» dice Piriz.

La perra formalizó rápidamente amistad con "Luky", un pequeño perro pequinés de Esmeralda, y se integró al cotidiano ir y venir de casa a la nave y de la nave a casa, según el compás de la tarea. «Se encariñaron» subraya la benefactora.

"Luky" «fue criado a biberón» y presenta el mejor aspecto. También "Corbata" luce una imagen envidiable que en nada se parece al aspecto desnutrido y cabizbajo que ofrecía hace un año, cuando andaba por el mundo famélica y recibiendo juramentos y cayata.

"Luky" duerme dentro de casa y "Corbata" queda en la calle, pero como tiene vía libre «por las noches entra por una gatera y duerme en la nave al abrigo del mal tiempo». Además, «se ve que está acostumbrada al ganado porque no lo hace nada». En la nave de ovejas también formalizó una buena amistad con "Cuqui", un perro carea. «Por la mañana, cuando "Luky" sale de casa va a por ella y pronto la trae a la vivienda»; luego, en la portalada, aprovechando la solanera, juegan o descansan ambos animales como dos felices golondrinos. «Si ladra uno ladra el otro» comenta Esmeralda.

Sucede que en su pasada vida la perra «se enrabió» y aún recuerda a algunos de quienes la atizaban, de modo que cuando les ve por la calle se le refrescan las riñas y sale tras ellos. También corre tras los gatos y otros perros, y su reputación está en entredicho por causa de estos incívicos ademanes. «Pone en peligro. A una persona ya se le ha enfrentado y no le ha matado los perros de chiripa» manifiesta Teresa Peña, que ha seguido de cerca el caso.

Los gatos andan el sorprendente callejero de Fermoselle solos y hasta por familias. Y gustan de tomar el sol como cualquier persona. Y los perros forman parte del paisaje vivo fermosellano de toda la vida porque, debido a la tradicional agricultura de huerta y bancal, aún es común observar la estampa de un hombre curtido, un burro sumiso y un perro fiel, marchando los tres juntos en perfecta comunión.

Durante los últimos días el malestar ha ido creciendo por parte de algunos vecinos que han puesto en conocimiento del Ayuntamiento la necesidad de intervenir. Y la decisión del equipo de Gobierno que preside el popular Manuel Luelmo está tomada: entregársela a la protectora de animales. Pero "Corbata", aleccionada por las malas experiencias del pasado, no se deja coger ni a sol ni a sombra. ¡Ni siquiera por la mano que le da de comer! «Me enseña los dientes cuando lo intento».

Recibió el nombre merced a la franja blanca que recorre parte de su cabeza y de su cuello. El animal desconoce todavía su destino y no todos envidian la suerte de quien será obligada a romper con la patria chica y sus amistades. Pero las voces críticas contra "Corbata" no cesan y el Ayuntamiento quiere una solución acorde al buen trato con los animales. Será reducida sin prisas y sin tormento, cuando se avenga a la mano, porque en Fermoselle los animales domésticos forman parte del paisaje y hasta del paisanaje.