La Alianza UPA-COAG denuncia que la “extrema burocracia” obliga a “dedicar más tiempo al papeleo que a los animales”

Reclama que los funcionarios de las unidades veterinarias asuman gestiones que no puedan realizar los ganaderos, víctimas de la “exclusión digital”

Un agricultor en su explotación.

Un agricultor en su explotación. / Bragimo - Ical

A. G. / Ical

"Más tiempo para el papeleo que para los animales". Es el grito de auxilio que reivindica la Alianza UPA-COAG, que ha denunciado la “extrema carga burocrática” que deben asumir los ganaderos de Castilla y León -también los de Zamora". Un aspecto que “cada día crece más” sin que se dé una solución a “un problema endémico” que llevan denunciando “desde hace tiempo”.

Entre las muchas las gestiones que se ven obligados a realizar los productores, una de las más concretas tiene que ver con la recogida de cadáveres, donde ya no expiden el resguardo del animal retirado necesario para actualizar el libro de registro de explotaciones, algo que “supone un quebranto para no pocos ganaderos que se ven obligados a descargarse o a imprimir informes desde sus propios terminales tecnológicos, siendo esta tarea prácticamente imposible en algunos casos”.

La organización reclama a los responsables políticos de la Junta de Castilla y León en un comunicado difundido por Ical “que comprendan la situación, que se pongan en el lugar de los ciudadanos que no pueden realizar determinadas tareas y que serían muy sencillas de cumplimentar por parte de los funcionarios públicos de las unidades veterinarias”.

Más problemas

Según apuntan, otros problemas de calado administrativo que siguen sufriendo los profesionales del sector son los de las guías y movimientos de ganado, o los inconvenientes de tener que contar de forma permanente y diaria con el veterinario de clínica, de reproducción, de calidad y que obliga a los profesionales del sector a “dedicarle más tiempo al papeleo y a la gestión que al cuidado de sus animales".

La alianza pone el acento en que las explotaciones más afectadas son precisamente las pequeñas y medianas gestionadas por autónomos, normalmente, negocios familiares que pasan de generación en generación.