a sanidad de Castilla y León se prepara para una situación de "tensión extrema en sus UCI" por el COVID durante una o dos semanas, aunque espera no colapsar, ya que sus catorce hospitales funcionan en red y tienen "un margen de maniobra importante", y como último recurso se planean traslados a otras Comunidades vecinas como Cantabria, Madrid o País Vasco.

Un total de 320 personas con COVID están ingresadas este martes en las UCI de la comunidad, un dato que se ha doblado en dos semanas, según ha explicado el coordinador autonómico de unidades de críticos, el doctor Jesús Blanco Varela, en rueda de prensa junto a la consejera de Sanidad, Verónica Casado, para analizar la evolución de la pandemia en la comunidad.

Tres de cada cuatro camas de uci las ocupan ya enfermos con COVID, con un 85 por ciento de los pacientes intubados y con ventilación mecánica, lo que indica su extrema gravedad, con una mortalidad de entre el 25 y 30 por ciento, ha recodado Blanco.

Durante una o dos semanas se esperan ingresos significativos en las ucis de la comunidad, una vez que el pico de ingresos se traslade a las unidades de críticos, ya que el diez por ciento de los que enferman ingresan en el hospital, y de estos otro diez van a las ucis, ha detallado el coordinador regional.

Se puede llegar a cifras de que se llenen las UCI, ha advertido, por lo que la comunidad planea traslados a otras en caso extremos, una vez agotado el recurso de traslados entre los hospitales autonómicos, en todo caso condicionados a cómo puedan estar las unidades de críticos de esas autonomías.